Capítulo 4

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A la mañana siguiente, cuando los rayos del
sol empezaban a filtrarse por las ventanas
sintió el suave peso de un cuerpo y el cálido
olor a cerezas penetrar por sus fosas nasales, abrió con lentitud sus ojos azules, parecía que algo aplastada su brazo pero era algo que no parecía incomodarle. Se encontró con su rostro levemente inclinado hacia aquellos rizos castaños que conocía a la perfección, su nariz estaba en su cabello, eso explicaba el olor, pensó. Su brazo la abrazaba con ternura, sintiendo el calor de su cuerpo desnudo junto al suyo. En su rostro se dibujo una sonrisa, al ver el rostro suave de Jenna tan relajado como un bebe recién nacido, tenía una sonrisa dibujada en su rostro y su mano descansaba sobre el abdomen de Emma.

Sabía que bajo aquellas sabanas blancas no
tenía una sola prenda y sabia que Jenna
también estaba desnuda junto a ella, entonces resonó en su mente la noche anterior, la manera en que recorrió cada parte de la suave piel de su mejor amiga y cada beso que deposito minuciosamente en el cuerpo de ella provocando los gemidos de placer, recordó como ambas se deshicieron de las prendas, como ella palpo y acaricio su cuerpo y como Emma acaricio a ella abriéndose paso a lo mas intimo
de su mejor amiga, como sus pechos le habían parecido tan perfectos y como se sorprendió al descubrir a una Jenna inexperta y apasionante. La noche anterior no solo había sido la mejor de su vida, no solo hizo suya a su mejor amiga si no que descubrió como ella era virgen- al menos hasta la noche anterior - y como se entrego a él sin condiciones.

Fue entonces cuando abrió los ojos a la
realidad, Jenna y ella habían hecho el
amor.. y lo peor o lo mejor de todo, es que le
había parecido tan perfecto, tan hermoso, tan inolvidable... tan único.

Jenna abrió los ojos poco a poco para
encontrarse con la cálida mirada de ojos azules, sonrió con ternura para ella y Emma
dio casto beso en los labios.

Al principio pensó en ponerse de pie y salir de la habitación antes que su amiga despertara pero entre aquel debate mental ella se despertó y además no podía hacerle aquella desfachatez.

- Buenos días Jenn- murmuro con cariño,
mientras llenaba sus fosas nasales con el olor de su cabello.

Ella le respondió con un beso sonriendo como una niña pequeña. Jenna sabía que tenían una conversación pendiente después de lo que ocurrió entre ellas, pero quería no pensar en ello por ahora.

- Jenna...

Claro que no era precisamente lo que Emma
quería, desde luego ella, si querría hablarlo en ese preciso momento.

- Lo sé Emma, no tienes que decir nada.

- Si que tengo eres mi mejor amiga, y esto que
paso... y además tu... tú eras...

- Virgen. - murmuro ella incorporándose en la cama, Emma hizo lo mismo sin poder evitarlo recorrió la espalda de Jenna recordando el camino de besos que dejo ayer, se sonrojo ante el recuerdo del cuerpo desnudo de Jenna bajo el de ella.

- Emma, me siento feliz de lo que ocurrió
no me arrepiento, se que para ti fue un error y lo entiendo pero... por favor no lo digas, eso solo me hará sentir peor.

- Jenna yo no quiero hacerte sentir peor y
si he de ser honesto yo lo disfrute tanto como tu - a Jenna le pareció que la sangre se
acumulaba en su rostro - te quiero Jenn y no te diré que lo de ayer fue horrible porque sería una mentira, lo cierto es, que fue
hermoso. Pero Georgie...

- No importa lo que haya pasado entre nosotros, tu estas enamorada de Georgie, ¿Cierto Emma?- ella solo asintió. Jenna no esperaba que Emma dijera algo por lo que se levanto de la cama que a pesar de estar caliente y cómoda en ese momento le parecía helada. Se enrollo la sabana sobre su cuerpo. Emma pudo notar a pesar de ella las curvas definidas del cuerpo de Jenna.

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⏰ Última actualización: Jun 11 ⏰

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Cuándo nadie nos ve (Jemma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora