En la misma plaza del día anterior, Rei paseaba a Cherubi con la vista atenta. Quería saber si de casualidad la chica dr ayer estaba ahí.
Llegó a la misma hora. Hizo el mismo recorrido. Y aunque el parque estaba igual de lleno que ayer, aquella muchachita de risa tímida no estaba en ningún lado.
A las cinco y media de la tarde suspiró rendida, dándose cuenta de que Jiwon no aparecería.
Era una estupidez lo que estaba haciendo, pero en serio le gustó mucho como para ridiculizarse de esa manera.
Recuerda a la perfección sus ojos rasgados, igualitos a los de un gato. Su cabello largo y perfecto cayendo como cascada por sus hombros. Todo de esa niña era perfecto.
— Vamos Cherubi, hoy no es día de suerte. — Cogió con más fuerza la correa, avanzando para el lado de su casa.
El resto del camino se fue con un puchero en los labios, entre triste y molesta.
Gaeul la llamaría loca por quedarse más de una hora esperando a alguien que no conocía. Y probablemente tuviese razón.
Tocó el timbre de su casa una vez frente a la puerta. Para su desgracia, se le habían quedado las llaves en el casillero de la escuela y no estaba segura de que sus padres estuvieran en casa. Tenían un horario inconcreto, muchas veces trabajaban hasta altas horas de la noche, en especial en esta época.
Al no recibir respuesta, soltó la correa de Cherubi para poder ingresar su extendida contraseña de números y letras y así llamar a su madre.
No tuvo miedo de que su mascota se escapara, porque Cherubi no era esa clase de perro. Ella siempre lo dejaba suelto cuando él lo exigía, a menos que estuvieran en un lugar con muchos autos circulando.
— Mamá, tengo un problema... — Dijo con el teléfono pegado en su oreja, mirando por la ventana, quizás estaba abierta.
No alcanzó a oír la respuesta de la mujer pues Cherubi ladró fuertemente, saliendo disparado hacia la calle.
— ¡Cherubi-! Espera, mamá, ya te llamo.
Cortó la llamada, guardando el aparato en su bolsillo y corrió tras el perro.
Retira todo lo dicho de que Cherubi no era de escaparse. Rei no sabía qué mierda le estaba pasando al animal.
— ¡Cherubi!
Se detuvo en seco al notar que este había doblado en la esquina de la calle. Se apoyó sobre sus rodillas, respirando agitadamente.
Maldijo y siguió corriendo, logrando alcanzarlo. O al menos visualizarlo.
Cherubi estaba sobre esta misma chiquilla de ayer, ladrando emocionado.
Jiwon sonreía, acariciándole las orejitas.— ¿Eres tú el perrito de ayer, bonito? — Su sonrisa se expandió, parecía muy contenta.
— ¡Guau, guau!
Naoi se acercó a ellos en silencio. Su corazón no dejaba de golpearle la caja torácica por la velocidad en que latía.
¡Literalmente, esto es el destino!
— ¡Lo lamento! Se escapó y no lo alcancé. — Dijo Rei, ya frente a la chica. —. ¡Cherubi, ¿qué pasa contigo?! —le regañó, intentando distraerse del nerviosismo.
— ¡Está bien! Me parece gracioso que se haya repetido lo de ayer. — Sonrió al ver al canino saltar en dos patas.
Rei necesitaba el número de esa hermosa chica. ¡Se reencontraron, cómo eso sería casualidad!
Tratando de controlar su emoción, se dijo a sí misma que no perdiera la oportunidad e intentara hacer algo.
— Creo que realmente le gustas, Cherubi jamás había salido corriendo tras alguien de esa manera. — Buscó los ojos contrarios. — Ni siquiera sé cómo te reconoció. Es decir, estábamos bastante lejos de aquí.
Oyó otra pequeña carcajada que la hizo temblar.
— Cherubi... ¿Es por el pokémon?
La pelirosada se sonrojó, avergonzada. Wonyoung siempre se reía de ella por eso, y se molestaba con la mayor, pero que esa pelinegra le preguntara por la originalidad del nombre, se sentía distinto.
— Sí. — Susurró, bajando la mirada con pena. — Es una tontería, lo sé...
— ¡No! Es un bonito nombre. — Tranquilizó la pelinegra, sonriendo, y Rei no pudo evitar copiarle el gesto. — Bueno... ¡Debo irme, pero un gusto de volver a verte, Cherubi! — Observó al cachorro una última vez, quien ladró.
— ¡Espera! — Gritó la mayor, sobresaltando a ambas. — Digo- Perdón. Yo s-olo... solo.. — Las palabras se enredaron en su lengua, alterada. — ¿Puedo tener tu número?
¡Mierda!
Ambas con las mejillas rojas. Tímidas.
— Perdón, no quería sonar atrevida, pero... ¿creo que a Cherubi le gustaría volver a verte? — Su tono estaba lleno de duda, porque ella misma sabía que estaba usando la excusa más ridícula y poco creíble para coquetearle. O intentarlo.
Idiota, idiota, idiota.
Las bonitas manos de Jiwon acomodaron su cabello negro con otra risita baja. Sus mejillas brillaban en un color taaaaan bonito, que Rei sintió la necesidad de comerla a besos.
Jiwon solo asintió, esperando a que la pelirosada sacara su celular para dictarle los dígitos.Una vez Rei ya tenía el contacto, que guardó como "Chica de ojitos bonitos, futura esposa", le sonrió, despidiéndose y tomando a Cherubi para volver a su hogar.
Ya alejada de la pelinegra, gritó a los aires vibrante, saltando junto al canino de felicidad.
— ¡Lo logré, Cherubi! ¡Lo logré! — Abrazó al peludo, que movía la cola y ladraba de alegría.
Su emoción fue tanta que ni notó el auto de su madre estacionándose a un lado suyo.
— ¡Naoi Rei, me tenías preocupada! ¡Pensé que te había pasado algo, me cortaste sin explicación!
Ni los reproches de su enfadada progenitora le borraron la sonrisa. Corrió hasta ella y la abrazó, la mujer no entendía, pero ver a su hija tan feliz al igual que su mascota hizo que se rindiera con el reto y sonriera inconscientemente.
La alegría de Rei siempre fue muy contagiosa.
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poto + luna = liz ౨ৎ 𝗹𝗶𝘇𝗿𝗲𝗶
Fanfic𝐋𝐈𝐙 & 𝐑𝐄𝐈┊❝Rei vio en internet que si le mostraba el poto a la luna le traeria buena suerte en el amor.❞ 🌙┊n.rei + k.jw. 🌙┊social media au + narraciones. 🌙┊humor, romance y fluff. 🌙┊mención al danjjangz y jinjoo. 🌙┊adaptación! todos los c...