Paloma ajena───BosPa, One Shots

7. Prodigándole mi amor

No importa lo mala idea que fuera, ya estaba ahí. Toco la puerta un par de veces esperando a que abrieran.

Bosco asomo la cabeza, confundido por verlo ahí.

—¿Puedo pasar?—pregunto, nadie de su familia sabia que estaba ahi.

Bosco movio la cabeza en forma de afirmación. Le confundia ver a Pepa ahi, pero ya no interesaba. Fingir que no queria verlo era una tontería.

—Estuve pensando tanto en que si venir era buena idea o no, pero ya estoy aquí—Pepa se volteo, observando a Bosco. Un extraño brillo en sus ojos hizo que Bosco se diera cuenta de que lo que hablaba.

Arreglar las cosas.

Pepa y el habian terminado hace menos de una semana. Fue algo incómodo al inicio, pero sabian que de alguna forma no se olvidarian tan rápido de la relación. Bosco trato de darle espacio, no le envío ningún mensaje ni fue a visitarlo. Pepa, por su parte, busco formas de distraerse.

Se supone que deberian estar tristes, comenzar con el contacto cero. No pudieron, en cambio, Pepa estaba ahí sonriéndole y mirándolo con ganas de conseguir más que un simple beso de reconciliación.

Bosco lo dudo, ¿No era esto algo tóxico?, ¿Algo que harian las parejas heterosexuales tóxicas?, Gala una vez vio una película de esas para hacer una crítica y el lamentablemente también la vio. Recuerda que su opinión fue que todos los de la película necesitaban terapia de forma urgente. Ahora el vivia esa situación, con Pepa viendolo con ojos de cachorro.

Ay, ya nada importaba, luego tendrían tiempo de sentimientos.

Bosco jalo a Pepa, entro a su cuarto y cerro con llave. Comenzaron a besarse, primero de forma lenta y calmada, disfrutando del tacto.

Fue una gran emoción para ambos, los dos estaban deseando esto desde hace un tiempo. Compartir su amor de esta forma tan única y placentera.

Bosco sintió esa presión en el estómago, su corazón comenzo a latir de forma desenfrenada. Era como lo recordaba, todo tan mágico y lindo. Los rizos de Pepa, su delgada cintura que podia abrazar fácilmente con sus manos y sus deliciosos labios. Sintio las manos del otro chico recorrer su espalda debajo de su playera, el tacto le dio escalofríos agradables. Bosco busco corresponder el tacto, metiendo sus manos debajo de su playera y sosteniendo la cintura de Pepa con ambas manos.

Pequeños jadeos comenzaron a escucharse en la habitación, al mismo tiempo que ambos sentían que esta se calentaba. Se desprendieron de sus prendas de ropa, continuando con el tacto de forma desesperada pero tratando de mantener el debido respeto.

La situación escalo hasta el punto de que lo unico que se escuchaba eran los gemidos satisfactorios de ambos chicos.

Si, tal vez este encuentro termino de una forma muy diferente a la planeada...