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Estuve alrededor de diez minutos pedaleando para llegara mi casa, donde esa tarde me tocaba comer con mi madre, Belle y mi padre Sam. Hacía mucho que no les veía por sus temas de trabajo, siempre secretos para mi. Tampoco os penseis que me hacía mucha gracia comer con ellos, alguien que desde pequeño me habían tratado como inferior o simplemente como mierda hasta ahora

Belle: -Buenos días Fang, veo que llegas pronto hoy-me saludó mi madre desde la ventana de la cocina

Fang: -Siempre he salido a esta hora, pero claro, como nunca estáis conmigo...

Sam: -Fang, no trates mal a tu madre-me advirtió mi padre

Fang: -No son malos tratos, es la realidad. -empezaba a mosquearme ya -Además no tenéis ni confianza en mí, vais a saber mi horario

Belle: -¿Como puedes decir que no confiamos en ti hijo?- preguntó 

Fang: -Os vais dos años o más seguidos supuestamente a trabajar y no se a que coño vais-dije cabreado con esa pregunta que me habían hecho -Ya hasta dudo que sepas mi edad.

Belle: -Donde trabajamos no te incumbe. -dijo grosera. -Por supuesto que se tu edad, mmm, ¿16?

Fang: -Mama tengo 18.-le conteste y lleve mi plato a mi habitación. No iba a soportar aquellas preguntas que me molestaban.

Belle: -¿A donde vas muchacho?- Belle me detuvo y casi me tira la comida -vamos a comer como la familia que somos.

Aquello sí que fue el colmo. Lo nuestro no era una familia, yo era un hijo abandonado que no sabía nada de la vida de sus padres. Nunca me habían contado nada de lo que pasaba cuando se iban fuera de la puerta de mi casa.

Fang: -¿¡Pero que mierdas dices tu de familia?!- le meti una bofetada a mi madre en la cara -Yo no soy nada tuyo ni de Sam, eso me hicisteis entender de pequeño

Sam: -Fang pídele disculpas a tu madre ahora.

Fang: -Ella no es mi madre y tu no eres mi padre -Ya me iba con mi comida en el plato y me encerré en la habitación, poniendo el pestillo para asegurarme de que no entraran.

Empecé a llorar. Ante la cara de chico divertido y graciosos que intentaba enseñar siempre hay una parte de atrás. De pequeño fui maltratado, y por eso me apunte a kung fu y artes marciales, para defenderme de mis padres. Pensé en cancelar la cita con Edgar, pero no era buena idea ya que el me iba a animar.

Comí la comida que había preparado mi madre que aún estaba caliente. He de decir que el ramen estaba delicioso. Cuando lo acabe, no me quedó otra que salir fuera de mi cuarto y eso no era bueno. Nada más abrir, me lleve un buen manotazo por parte de mi padre.

Sam: -Haber si asi nos empiezas a tener más respeto muchacho

Fang: -No te tengo respeto, te tengo odio, viejo cascarrabias- me levanté rápidamente del suelo -No me vuelvas a dar.

Sam: -No estás en condiciones de amenazarme Fang. Soy tu padre y me hablas bien.

Fang: -Aparta y calla- no se porque dije eso, me iba a dar una buena despues

Belle observaba la escena perpleja por mi comportamiento. No se acordaba de que yo tuviera ese carácter ni mucho menos pues antes siempre acataba (seguía) las órdenes de mis padres. Eso ya no iba a suceder más.

Mi Mayor PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora