II. "He ate my heart."

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ℳ𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑⠀⠀┈┈─┄ ·⠀⠀CHAPTER 1.

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Angus resopló al verse por el reflejo de la ventanilla. Nuevamente tiempo perdido en verificar su identidad a aquel niño que ahora era su portero.

Bambino. ─ Llamó, recibiendo una respuesta del portero con apenas un movimiento de su cabeza. ─ ¿Terminaste ya?

Parecía que el joven se burlaba de él, pues así como abría carpetas, las cerraba para abrir otras, marcaba todo bien y después cuestionaba. Aquello comenzaba a desesperar al empresario, y su sonrisa poco a poco parecía torcerse en una mueca de molestia. Si no fuera porque la ventanilla los separaba, seguro ya hubiera tomado por el cuello al portero para gritarle cuanto insulto supiera.

Lo siento, aún no estoy tan familiarizado con las carpetas. ─ Ríe, esperando que el italiano hiciera lo mismo. No lo hizo, así que solo se resigno a seguir en su labor. Tras unos minutos más, finalmente lo dejo pasar.

¡Tenga un buen día!

A pesar de no obtener repuesta, Ryan siguió sonriendo, Angus no siempre tenía esa actitud desesperada y molesta; es más, eran pocas las veces que lo veía así. Y aunque pregunto, lo único que supo era que durante esos días, el empresario tenía situaciones de alto estrés en el trabajo o encuentros con Döppels que intentaba matarlo. El optimismo de Angus a veces se iba, pero algunas veces regresaba, era un ir y venir, que no siempre era estable.

Lo entendía de alguna manera, él también perdió demasiado cuando la plaga de aquellos monstruos comenzó.

( ♡ )

Se tiró sobre el sofá de aquella habitación, se tocó la sien y se permitió suspirar agotado. Ya tenía suficiente con haber renunciado a los lujos y buena vida, como para también tener que lidiar con lo mismo cada día al salir y cada noche al entrar. Desabrochó su corbata y se deshizo del saco de su traje, así mismo, el sombrero lo dejo sobre la mesita de la sala.

Ciprianni recobró su sonrisa a la vez que su cuerpo se relajaba y la tensión del día iba pasando. Una vez más cómodo, se levantó solo para encender la televisión y dejarla en algún canal aleatorio; no le importaba tanto que o quienes estuvieran presentando. Quería un poco de ruido para no sentirse solo en aquella habitación.

Mio Dio. ─ Dijo para si mismo. Fue directamente a la cocina para preparase un café bien cargado, pues necesitaba fuerzas para lo que vendría. Margarette necesitaba ayuda con su máquina de bordar y como Ciprianni era un caballero, no iba a dejar a una dama en peligro.

Tomó su sombrero y acomodo un poco su ropa antes de salir, decidió subir por las escaleras, asi que tardo un poco en llegar. Más sin embargo, algo que nunca creyó ver sucedió. Francis se encontraba frente a la puerta de Margarette, tenía la intención de querer tomar la perilla y entrar por su cuenta. Cosa algo inapropiada, pues todos en ese edificio tenían de ley tocar y después esperar. Angus supuso que se debía a que llevaba cierto tiempo encerrado en su habitación y que por ende, había perdido la costumbre.

MONSTER. | Francis Mosses &. Angus Ciprianni. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora