Lust (Taejin +21)

Arruinado

Taehyung.

Necesito hacer trabajo desde casa, todo el día me ha dolido la entrepierna, hoy llegaba el nuevo juguete para Jin y estaba más que ansioso, últimamente el disfruta de lo que le hago.

Aun llora cuando lo corto.

Pero su erección siempre está presente en nuestras sesiones, anoche durmió en mi cama y sentir sus cicatrices en mis dedos me ponía duro cada vez.

Esta siendo tan bueno, no da pelea, no se resiste. Solo llora, llora solo para mi.

—Jinnie.

Entre a su habitación, el estaba dormido, su cuerpo estaba con una sola camisa blanca larga, olia a shampoo  y jabón, me recosté a su lado mirándolo dormir, acomode su cabello y acaricie el collar en su cuello.

—¡Shiro!

Se estremeció ante el apodo, sentándose de golpe con las manos en los muslos y bajando la cabeza.

—Si, amo.

—Mi buen chico.

Me lance a besarlo, acomodándome entre sus piernas, acaricie sus muslos y su erección apareció.

—¿Te excita que tu amo te toque?

—S..si.

Se ruborizo ante sus palabras, subí más la mano y su cadera desnuda estaba bajo mi palma.

—No traes ropa interior —pellizque—que sucio es mi shiro —Me levante y comencé a desnudarme— quítate la camisa y ponte en cuatro en la cama traje algo para jugar.

Paso la camisa sobre su cabeza quedando desnudo, las cicatrices seguían ahí, todas en un nido, su cuerpo entero tenía una tras otra.  Solo su rostro estaba intacto.

—¿Sigues dilatado?

Abrí el envoltorio del anillo extensor, metí mi miembro ajustándolo a la mitad. La presión que ejercía en mi erección es tortuosa.

Escupí en su entrada y es toda la lubricación que tendría.

Le tome las caderas con una mano sosteniéndolo porque se que se movería, tome la base de mi verga y empuje.

—AHHHHH.

Sus piernas se retorcieron, sus mano se apretaron a las sábanas, el hilo de sangre no se hizo esperar, se desgarro.

—Shh, Shh —no podía articular palabra de lo bien que se sentía, empuje de nuevo, sacando un nuevo grito, entre más se resistía más apretaba y era más difícil meterlo, la sangre empezó a servir como lubricante dejándome entrar un poco más.

—¡Ya basta! ¡Basta por favor! ¡Me duele! ¡me duele mucho no me gusta!

Jale su cabello y me incline contra su espalda —¡Te gusta! ¡ porque es mi verga! ¡porque soy tu puto amo! ¡lo vas a disfrutar! ¡vas a dejar de gritar! —en cada frase lo embestía, apretó los dientes y mordió sus labios.

—¡Amo!

Sentí lo húmedo de su sangre en mis rodillas, su cabeza se apretó a la cama y siguió gritando de dolor, sentí un tirón cuando volvió apretar, me corrí más rápido de lo que pensé.

Se movió para alejarse de mi, el collar se atoro en la sabana soltó la cadena y golpeo su rostro.

—¡No!

Tome su rostro y lo revise una pequeña marca se le hizo en el ojo.

—¡Mira lo que hiciste! ¡Tu rostro! ¡Jin si queda una marca serás horrible y me darás asco! ¡te vas arruinar!

—Perdón, perdón, sanara, sanara —se sujeto de mis brazos —amo, sanara, no, no me tire, por favor.

Fui por el ungüento al cajón y se lo aplique con mesura, seguía cubierto de sangre de la cintura para abajo, incluso sus manos y algunas manchas en su pecho.

—Todo lo perfecto que te vez de esta manera, lo arruinaste.

Lo iba a reprender, cuando escuché la alerta de la puerta. Fui por mi teléfono y mi prometida estaba en la entrada. Salí de la habitación de Jin azotando la puerta.

 
En el grupo les dejo una imagen de lo que uso Tae en su taeconda.