Sentada en aquella sala tan luminosa, estaba pensando sobre este mundo del modelaje. No es un trabajo fácil, sobretodo porque este trabajo depende de muchas cosas.
-Señorita Megan, ya puede pasar.- dijo el señor Klerk.
He de decir que estaba un tanto nerviosa, porque no sabía si iba a ser yo la elegida para salir en la revista más famosa del mundo (VOGUE) promocionando una marca de ropa junto a un compañero que desconozco.
- He visto sus cualidades y varias agencias me la han recomendado. Hablan muy bien de usted. También añado que es una mujer muy atractiva a simple vista y es perfecta para este trabajo. No se diga más, usted es la elegida para la promoción.
Me quedé sin palabras y en realidad estaba muy feliz. Por fin iba a cumplir mi sueño de salir en esa prodigiosa revista que tanto había deseado.
- Mañana la necesito aquí a primera hora. Ya que la primera parte de la sesión la haremos cerca de aquí. Estoy seguro que usted y Stephen lo harán muy bien. - Dijo el señor Klerk.
Llegué a casa y no podía parar de pensar en Stephen, quien haría conmigo la sesión. Seguro que era feo y alto, como todos los que había conocido hasta ahora. Mejor me voy a dormir, mañana me espera un día muy largo.
Llegué puntual al sitio donde me había indicado antes de irme el señor Klerk. La verdad es que había mucha gente y sobretodo fotógrafos de muchos paises. Mi mánager Miriam me dijo que tenía que ir a mi camerino para cambiarme la ropa y me fui.
Cuando iba por el pasillo, vi que un chico estaba discutiendo con su mánager porque nadie le avisó de que tenía que hacer esta sesión justamente hoy. Estaba tan enfadado que sin querer chocamos y cuando giró su cara al verme sus ojos verdes se quedaron viendome fijamente. Abrió sus labios para decirme 'lo siento, no vi que venias'. Con mucha suavidad en su voz. Al parecer se le había pasado el enfado.Yo me quedé un poco incómoda pero al mismo tiempo nerviosa.
- No te preocupes, te entiendo. - dije un poco tartamudeando.
- Perdón por no presentarme, me llamo Stephen James.
- Mi nombre es Megan Fox. Encantada.
- ¿Megan? ¿Eres mi compañera de sesión no? No me habían dicho que eras tan guapa... - dijo con una sonrisa.
- Sí, soy ella. Me tengo que ir a mi camerino. Adiós.
Stephen me miró con cara de rareza pero entendió. Estaba tan nerviosa... y no entendía porque.
La historia continua.
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