PESADILLA/ Patrick Hockstetter

CAPÍTULO 5

Había pasado una semana desde que me obligaron a empezar a viajar de ida y vuelta a la escuela con Patrick Hockstetter y sus amigos. Papá parecía confundido al principio cuando le dije que había encontrado medios alternativos para llegar a la escuela, pero en general parecía aliviado de que hubiera hecho algunos amigos. No estoy seguro de que se sentiría tan aliviado si hubiera conocido a estos llamados nuevos amigos, pero estoy divagando.

Patrick insistió en que ahora también caminara con él por los pasillos, elerándose sobre mí mientras me llevaba hacia y fuera de mis clases. fue horrible para mí, pero me trató más como a una mascota que a un amiga, estaba siendo completamente honesta.

Cuando sonó la campana final, cogí mis libros y corrí a la puerta principal de la escuela. Los chicos siempre salían al frente detrás de mí, deteniéndose para atormentar a todos los que se atrevían a cruzar su camino antes de salir. Me apoyé en la pared de hormigón al lado de la puerta esperándolos pacientemente mientras me comía las uñas.

"¿Así que tu nuevo derecho?" Preguntó la voz de un niño, que me llamó la atención y me hizo mirarlo con curiosidad. Me sonrió, inclinándose para apoyar su brazo junto a mi cabeza. "Sí, lo estoy". Respondí, pisándolo de lado e intentando alejarme. Era un chico de aspecto típico con una chaqueta de lana Pelo castaño corto y ojos azules brillantes.

"A dónde vas, solo quiero hablar", dijo agarrándome el brazo para llevarme de vuelta en su dirección. Rápidamente me alejé, empujando su mano, dejando claro que me sentía incómodo con que me tocara. "Por favor, déjame en paz", pregunté, abrazando mis libros más cerca de mi pecho mientras el niño intentaba agarrarme una vez más.

El pánico comenzó a apoderarse de mi cuerpo cuando me di cuenta de que mis súplicas no hacían nada para detenerlo. Estaba aterrorizado. Él era claramente mayor y mucho más fuerte que yo debido a la diferencia de estatura. "Oh, vamos, sé que quieres hablar conmigo", dijo acorralándome contra la pared, atrapándome entre sus brazos mientras se inclinaba, poniendo su asquerosa mano áspera contra mi cintura.

"Para" ladré, empujando su pecho para alejarlo de mí mientras las lágrimas calientes comenzaban a levantarse en mis ojos. Me tropecé un poco cuando el niño fue tirado al suelo por la parte posterior de su cuello, lo que finalmente me dio tiempo para escapar. Se apresuró a ponerse de pie y enfrentarse a su atacante.

Patrick se quedó allí, con una mirada muerta en su cara mientras sus ojos se fijaban en el niño. Corrí hacia él enterrando mi cara en su abdomen mientras hacía todo lo posible para contener mis lágrimas. Sí, admitiría que Patrick daba mucho miedo, pero al menos sabía que no me haría lo que tenía el otro chico. "¿Te acabo de ver tocando mi propiedad?" Patrick escupió, su gran mano descansando sobre mi espalda mientras me sostenía contra su pecho de forma protectora. Me quedé sorprendida por sus palabras, la forma en que me llamó su propiedad, pero estaba demasiado preocupada tratando de mantenerme de un arrebato para cuidarme. "No le estaba haciendo daño, esa zorra lo quería", escupió el niño, quitando el polvo de la suciedad de su camisa.

"Te sugiero que te calles, joder, antes de que te corte la lengua", respondió Patrick, dejándome ir y empujándome detrás de él. "No te tengo miedo, Hockstetter", respondió el chico cruzando los brazos obstinadamente sobre su pecho. Sentí que alguien me agarró por mi mochila, sacándome de la línea de fuego. Dios mío, aquí vamos.

"Deberías serlo" Patrick se quejaba sádicamente. Se barrió la pierna detrás del niño, golpeándolo al suelo una vez más. Se paró sobre él durante un momento antes de patearlo, con fuerza. Tan duro como pudo justo en las costillas. Me quedé sisqueado, horrorizado por el asalto violento. Lo pateó una y otra vez, y otra vez, hasta que el chico gritó en agonía, rogando que Patrick se detuve.

Yo también quería que se detuvera. Me asustó que lo hiciera de esta manera, no se encontró empatía en sus fríos ojos muertos mientras veía al niño en el suelo toser un bocado de sangre. Corrí y lo tiré por la parte de atrás de su camisa. Se azotó tan rápido que pensé que me iba a pegar. Levanté los brazos para proteger mi cara, esperé el duro impacto de su mano contra mi piel, pero nunca llegó. Me arrebató el brazo del aire y me tiró en dirección al coche.

Cuando llegamos al estacionamiento, abrió la puerta del coche bruscamente, empujándome contra el asiento. "No te muevas", ordenó, cerrando la puerta antes de despegar hacia donde había tenido lugar el ataque. "Tócala de nuevo, te mataré, joder" Escuché una voz decir a distancia antes de que un último grito lleno de dolor llenara el aire.

¿Qué he hecho?