Capítulo 3 // Recorriendo Roma.

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Capítulo 3 // Recorriendo Roma.

Hazel

—Queridos pasajeros, bienvenidos a la capital de Italia, Roma— anunció la azafata—. Les recordamos abrochar los cinturones y apagar todos los dispositivos electrónicos para el aterrizaje...

Cerré los ojos mientras me sujetaba con fuerza del asiento. Siempre me habían dado miedo los vuelos, aunque por desgracia, debía tomar muchos de ellos para acompañar a mi hermano.

Mi padre me ignoró mientras veía su móvil a escondidas de la azafata. Nosotros dos íbamos en primera clase mientras que Steve había viajado hacía dos días atrás con el jet privado de su selección de fútbol, Noruega.

Sentí las náuseas apoderarse de mí, pero no podía vomitar. Había evitado mirar la ventanilla durante todo el viaje, pero como en aquel momento debía permanecer abierta, sin querer avisté un poco del paisaje y mi respiración se alteró.

Joder, cómo lo odiaba.

Solo se me pasó luego de media hora de bajar del avión. Nos trajeron nuestras maletas y un chofer nos llevó hasta el hotel cinco estrellas en el que nos quedaríamos. Había bastante alboroto.

—La habitación doscientos veintidós para la señorita—. El recepcionista me tendió una llave y otra a mi padre—. Y la doscientos veinticuatro para el señor. Disfruten su estadía.

—Gracias— murmuré yo antes de seguir a mi padre, el cual caminaba como si tuviera un petardo en el culo.

Nos montamos en el ascensor bajo un silencio tenso y se abrieron las puertas. Un hombre rubio con ropa deportiva pasó por delante nuestro y mi padre maldijo por lo bajo.

—Joder, lo único que faltaba...

—¡Joshua, capullo, devuélveme mi móvil!— un grito de guerra cruzó el pasillo.

El chico rubio continuó caminando como si nada mientras se metía un teléfono dentro de los pantalones.

—Ven a buscarlo, princesa— le dijo, segundos antes de que el otro se le colgara encima como un mono y lo derribara—. ¡Hijo de...!

Mi progenitor los miró con desprecio mientras pasaba por su lado. Yo lo seguí casi corriendo y pregunté:

—¿Quiénes son esos?

Por alguna razón, sentía que los conocía de algún lado.

—Jugadores de la selección inglesa. Al parecer, este va a ser su hotel durante todo el campeonato— suspiró.

Yo me detuve a mitad de camino, pasmada.

—¿La selección inglesa?— vociferé, más alto de lo que pretendía.

No, joder. No podía tener tanta mala suerte.

—Sí, la selección inglesa— murmuró, con un desprecio que no correspondía debido a que nosotros éramos ingleses—. Nos vemos a las ocho para cenar.

Steve jugaba en la selección noruega debido a que nuestra madre había nacido allí y le pagaban mucho mejor que en la inglesa. O eso era lo que él decía, por lo menos.

Pero yo sabía el motivo detrás de su desprecio. En esa selección jugaba Asher King. Y como aquel era uno de los hoteles más prestigiosos de Italia, era obvio que íbamos a encontrarnos con más jugadores de fútbol. Solo que no esperaba encontrarme justamente con él.

El corazón me comenzó a latir demasiado rápido mientras mi padre se encerraba en su habitación. Miré a mi alrededor buscándolo, pero no había nadie.

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⏰ Última actualización: May 30 ⏰

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