Antes que todo quiero aclarar que este cap esta inspirado en la canción de multimedia: 𝙇𝙖𝙜𝙤 𝙚𝙣 𝙚𝙡 𝙘𝙞𝙚𝙡𝙤 (...𝘎𝘶𝘴𝘵𝘢𝘷𝘰 𝘊𝘦𝘳𝘢𝘵𝘪...)
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♔︎ 𝙽𝚊𝚛𝚛𝚊𝚍𝚘𝚛 𝚘𝚖𝚗𝚒𝚜𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎 ♔︎
Delfina siempre había sentido una conexión especial con la naturaleza. Decidió pasar el verano en una cabaña solitaria a orillas de un lago, buscando paz e inspiración para sus pinturas. Este lago era un refugio, un lugar donde el tiempo parecía detenerse y las preocupaciones del mundo se desvanecían en el horizonte.
Una tarde, mientras observaba el reflejo del cielo en el agua, Delfina escuchó una melodía suave que flotaba en el aire. Siguiendo el sonido, descubrió a un joven, alto y de unos rulos increíbles, sentado en un muelle cercano tocando una guitarra. Sus dedos se movían con gracia sobre las cuerdas, creando una música que resonaba con el entorno.
-Hola -dijo ella, acercándose-. Soy Delfina.
El chico levantó la vista, sorprendido pero sonriente- Blas, encantado -respondió, haciendo una pausa en su música- Este lugar es increíble, ¿no?
- Bastante -le devolvió la sonrisa al chico- Me gusta demasiado la naturaleza
- A mi igual -contesto emocionado- Pero soy más de la música y la actuación, amo eso
Delfina asintió. Los dos comenzaron a hablar, descubriendo que ambos habían venido al lago en busca de algo más que inspiración: buscaban un refugio del mundo.
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Día tras día, Delfina y Blas se encontraban en aquel muelle, compartiendo momentos de silencio y creación.
Mientras ella pintaba, él componía canciones, y pronto sus trabajos comenzaron a reflejar la presencia del otro. La conexión entre ellos se volvió tangible, una mezcla de arte y melodía que hablaba de un amor naciente.
Una noche, bajo un cielo estrellado, Blas tocó una nueva canción para Delfi. La letra hablaba de un lago en el cielo, un lugar donde el amor se elevaba y los miedos se desvanecían. Delfina sintió cada palabra como un eco de sus propios sentimientos.
- Esta canción... me hace acordar a nosotros -dice ella emocionada-
- Si, la escribí pensando en eso -le responde el- Acá todo es posible, y más si estamos los dos juntos...
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El verano avanzaba, y con él, el amor entre Delfina y Blas se profundizaba. Encontraron en cada momento juntos una nueva forma de expresar sus sentimientos, uniendo sus talentos en una obra de arte viviente. Pero sabían que el final del verano traería decisiones difíciles...
Una tarde, mientras el sol se ponía sobre el lago, Blas tomó la mano de Delfi
-No quiero que esto termine -dijo- Pero no sé cómo mantenerlo cuando regresemos a nuestras vidas
Delfina lo miró a los ojos, viendo reflejado en ellos el mismo miedo y esperanza que sentía.
-No tiene que terminar -respondió ella-. Podemos llevar este amor con nosotros, en nuestro corazón. Donde quiera que estemos, siempre habrá un lugar para nosotros -le sonrió dulcemente-
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El verano terminó, y Delfina y Blas regresaron a la ciudad, pero su amor no se desvaneció.
Continuaron creando juntos, ella con sus pinceles y él con su guitarra, siempre recordando el lago que los unió. La canción de Sebastián se convirtió en un éxito, una oda a un amor que trascendía el tiempo y el espacio.
Cada vez que se sentían abrumados por la vida, volvían a su refugio, al lago en el cielo, donde todo era posible y su amor podía volar libre.
