Advertencia del lanzallamas

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Trabajando en la tala de árboles, los leñadores y el rubio se impresionaron ante la aparición de un oso de ocho cabezas alrededor de todo su cuerpo y que además escupía miel.

- ¡Desayuno! - Exclamó el híbrido entusiasmado por ver la miel.

El oso embistió a nuestro protagonista haciendo que se estrellara contra un árbol y su cabeza comenzará a sangrar. El oso partió a la mitad a uno de los leñadores.

- Ahora si me hiciste enojar - Mencionó el rubio tirando del cordón de su pecho.

Escena 2:

En la cafetería, la rusa trabajaba de mesera, sirviendo a los clientes. Se mostró nerviosa al notar que su próximo cliente por atender se trataba del híbrido lanzallamas, aún así, se mostró dulce.

- Buenos días. Soy Reze; su mesera - Se presentaba la peliazul de forma amable - ¿En que puedo servirle el día de hoy? - Preguntaba con dulzura.

- Prometo no interferir en sus vidas - Explicaba el alemán con serenidad - Pero si los atacan debere intervenir - Condicionaba.

- No se de que habla, señor - Decía la fémina tratando de ignorarlo - ¿Podría pedirme su orden? - Preguntaba algo nerviosa. Sabía que sin su pareja un enfrentamiento con el lanzallamas sería peligroso.

- Quan xi y Santa Claus van tras Denji - Advertía el lanzallamas con frialdad - ¿Crees que podrán contra ellos? - Cuestionaba algo burlon.

- Lo haremos de ser necesario - Contestó la rusa con una expresión de enojo en su rostro.

La dueña se acercó a él dúo de híbridos viendo con enojo a ambos pues no sabía porque se retrasaban tanto. La peliazul se escondió detrás de ella.

- Ya me iba - Mencionó el híbrido con tranquilidad - Disculpen las molestias - Pedía con algo de seriedad.

Escena 3:

En el bosque, el demonio oso carecía de todas sus cabezas tras haber sido mutilado por el híbrido de las motosierras. Los leñadores aplaudían con asombro está hazaña.

- Ese oso llevaba meses atacandonos - Narraba el líder de los leñadores - ¡Y hoy a sido exterminado por nuestro nuevo compañero! - Celebraba.

Escena 4:

Saliendo del trabajo, la rusa se percato de la ausencia de su novio, comenzando a preocuparse por el pues había sido puntual hasta ahora. Buscando con su mirada observo que este se acercaba emanando un olor extraño.

- ¿Que te paso? - Preguntaba la fémina con preocupación.

- ¡Mate un oso!¡Tome alcohol!¡Me restregaron unas tetas! - Celebraba el rubio para de la nada comenzar a llorar.

- Luego discutimos lo último - Mencionaba la peliazul sosteniendo a su pareja - Por ahora volvamos a casa - Mencionó con calma.

Así, los dos se fueron caminando en dirección a su hogar. El rubio no dejaba de abrazar a la peliazul mientras lloraba arrepentido por lo que había hecho al final.

- No fue mi culpa - Lamentaba el híbrido entre llantos - No me preguntaron - Explicaba.

- Esta bien. Yo te creo - Respondía la rusa algo celosa por lo que sucedió.

La híbrida noto que era vigilada por el lanzallamas, frunció el ceño por esto pero fue distraída por el rubio, quien comenzó a jugar con sus labios, moviendo estos con sus dedos de forma juguetona.

- ¿Que haces? - Preguntaba la rusa entre jadeos.

- Te seduzco - Mencionó el rubio de forma coqueta.

La híbrida se limito al reír por esto, le divertida la versión ebria de su pareja, se comportaba como un niño y eso le resultaba bastante adorable. El rubio, por otro lado, trataba de recuperar a su novia pues temía la fuera a dejar por lo que le contó sobre unas tetas.

Escena 5:

Dando un vistazo a lo que estaba sucediendo en la India. El híbrido de la lanza estaba danzando con unas mujeres mientras el híbrido de la doble espada se encontraba transformado peleando con látigo. Los esclavos cantaban una canción de acción.

- ¡Una ayuda no vendría mal, lanza! - Llamaba el padalustro bastante agitado.

La híbrido del látigo enredo sus látigos en el cuerpo del híbrido enemigo para arrojarlo contra un tren en movimiento haciendo que este se volteara.

- ¡Eres sumamente violenta! - Criticaba padalustro con molestia.

- ¡Somos seres superiores, ¿por qué defiendes a estas alimañas?! - Cuestionaba la híbrida látigo con enfado.

- ¡Eso me importa un carajo! - Negó padalustro con molestia - ¡Solo vine a vencerte y listo! - Confesó.

- ¡Pues jamas vas a poseer mi cuerpo, niñato! - Negaba la pelirroja furiosa.

Ambos híbridos masculinos se quedaron viendo a la híbrida femenina con confusión, les resultaba una mujer bastante extraña con la que no querían tratar demasiado tiempo.

- Esta bien, ayudaré - Accedía el híbrido lanza tirando de su interruptor en el cuello.

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