Llegue a casa derrotada, cansada, pero con un sentimiento inexplicable de felicidad. Una zorra menos en el mundo, una zorra menos para Hades.
Entre en mi habitación y saque una carpeta debajo de mi colchón, ahí tengo mi tesoro más preciado; fotos de Hades, de todos sus logros, de todo lo que ha hecho, tengo incluso su foto del anuario. Todo en un pizarrón de cartón donde puse cada detalle de su vida. Sus hobbies, sus horarios. Esta pizarra es mi mundo.
Admire cada foto de mi guapo Hades y la volví a guardar, no puedo dejar que nadie más observe esto.
Al guardarlo me corte con un clip de los que sostenía la foto, una gota de sangre cayó en una hoja que estaba en el suelo. Guarde la pizarra y tome la hoja. Esa mancha roja me dio una idea.
Si pudiese describir o explicar lo que siento por hades seria de esta forma; tome un lápiz y comencé a escribir su nombre, Hades. Lo escribí tantas veces como cabía en el papel.
El rojo significa que te amo, el rojo significa lo que haría por ti, ya lo he demostrado.
Me acosté en la cama abrazando la hoja con el nombre repetido de Hades, cerrando mis ojos y soñando con una vida junto a él.
JUNIO/ VIERNES 7/ 2024.
Me levanto temprano, odio el sonido de la alarma. Evito encender el televisor, no quiero enterarme de la muerte de la chica de cabello negro. Quiero empezar mi día lleno de calma.
Desayuno y como siempre me marcho a mi trabajo.
No sé cuánto tiempo tengo sin ver a mi padre. Eso dejo de ser un tema de importancia desde que tengo dieciséis.
Al llegar a la empresa cronos observo un par de patrullas afuera, me quedo paralizada y dudo si entrar es buena idea.
No creo que me hayan descubierto, de ser así el caso ¿Por qué no fueron a mi departamento? No soy yo a quien buscan, probablemente ni busquen a alguien.
—Cálmate Grace, no eres culpable de nada, camina con normalidad y listo— me dije a mi misma en voz alta.
Me dirijo a mi cubículo cuando Dakota como siempre me intercepta.
—Esto cada vez se pone peor, estoy pensando en dar mi renuncia— murmura, cruzando sus brazos.
—Esto se está volviendo costumbre, ¿Qué pasa ahora? — pregunte, tratando de lucir normal y tranquila.
—Llegaron policías y están hablando con el señor Winter. No tengo idea de qué. Mejor vuelve a tu cubículo, hay mucho trabajo por hacer.
Obedezco y me siento en mi pequeño cubículo, organizando todo, intentando evitar pensar en algunos de los asesinatos que cometí, no fueron muchos, pero dos ya son causa suficiente para ser arrestada.
No puedo pasar mucho tiempo arrestada, me perdería demasiadas cosas de Hades, lo dejaría solo y desprotegido. No puedo permitirme ser atrapada.
Observo a los oficiales marcharse sin siquiera mirarme. Dejo salir una bocanada de aire victoriosa.
No soporto no saber nada de la vida de Hades, si tan solo fuese su asistente personal... ¡Eso! ¿Cómo no se me ocurrió antes? El ceo debe tener una asistente y a Hades no le he visto ninguna. Quizá es un puesto que está disponible. Dakota debe saber esa información.
Me dirigí hasta su oficina.
—Disculpa la interrupción, Dakota. — ella se acomoda en su silla y se sienta mirándome fijamente.
—¿Qué ocurre?
—Quiero preguntarte ¿El cargo de asistente del CEO estará disponible?
—¿Qué? ¿quieres ser la asistente personal del señor Hades?
—Si, bueno... creo que podría ser útil para mi currículo poder tener mas experiencia.
—Mi niña, estas soñando muy alto, el señor hades desde que llego no ha solicitado tener asistentes— se quita las gafas y se acomoda el cabello—parece que le gusta trabajar solo.
—Entiendo— bajo mi mirada— debía preguntar.
—Bueno, para que veas que no miento, y no pienses que soy una astilla en el culo, enviare tu solicitud a su oficina ¿te parece?
Oh por Dios, tenía miedo de tener que matar a Dakota solo por una solicitud. Nah, realmente bromeo. Dakota a pesar de su personalidad un poco superficial y no saber escuchar es una buena jefa.
—Muchas gracias, Dakota.
—No, no, nada de gracias. No me hago responsable de tu rechazo, ese señor hades es tan solitario como todos rumoran. — Escribe en su laptop mi solicitud— ¿Cómo es que alguien tan guapo y joven no tenga ninguna pretendiente? Eso para mí solo tiene un significado...
Se inclina hacia mí y coloca sus manos alrededor de su boca.
—Homosexual— susurra.
Yo no pude evitar reírme, ¿Así de solo lo he puesto? Claro, no es una tarea fácil ahuyentar a las zorras que quieren llegar a él, pero me alegro que ese rumor de que ella piense que es homosexual, digo, no voy a mentir diciendo que no me calma.
Así las cosas se hacen más fácil para mí y para Hades.
— ¿No sabes para que estuvo la policía aquí? — cuestione, sonando lo más natural del mundo.
—Sí, encontraron a una de las socias mayoritarias atropellada a unos cuantos kilómetros de aquí, por la autopista.
Abro mi boca del asombro, pretendiendo estar muy sorprendida.
—No puede ser ¿Qué le paso?
—Al parecer fue un accidente y el culpable se dio a la fuga. Seguro fue un señor ebrio— se vuelve a colocar las gafas.
—Que terrible, ¿Pero que quería la policía con el señor Hades? — pregunté.
—Oh ya sabes, preguntas de formalidad, la última vez que la vieron, si lucía nerviosa, preocupada o si tenía enemigos, lo clásico.
Asentí varias veces comprendiendo la situación, respirando aliviada por saber que, aunque ya la encontraron, no estoy en la lista de sospechosos.
Me levanté de la silla para marcharme.
—Gracias por todo Dakota, nos vemos el lunes.
Al finalizar mi turno, moría de ganas por subir al piso 70, quiero echarle una mirada a mi Hades, saber si está bien o si le preocupo la inesperada visita del oficial. Sin embargo mi cuerpo no responde, todavía no estoy lista para hablar con él de ninguna forma.
Lo mejor será que regrese a mi casa y descanse, este fin de semana parecerá eterno para mí, donde solo me tocara rezar a lo que sea que exista en el cielo para quedar como la asistente personal de Hades. Seria todo un sueño hecho realidad estar a su merced.
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Perversa obsesión. ©
RomanceHades Winter; empresario multimillonario, hombre reservado y misterioso, el hombre de los sueños más húmedos y perturbadores de Grace Coleman; mujer obsesionada con Hades desde el segundo grado, unos niños a penas. La obsesión de Grace por Hades la...