Capítulo 13. Cambio de juego.

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Hades tiene un cartel de mí, así como yo tenía un cartel de él con sus fotos y datos, tiene uno exacto, pero de mí. Fotos que no sabía que existían, incluyendo una foto de cuando éramos niños en nuestra graduación de la primaria.

 Fotos que no sabía que existían, incluyendo una foto de cuando éramos niños en nuestra graduación de la primaria

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No puedo creerlo...

Dejo caer la botella de la impresión causando un desastre en el suelo. Doy varios pasos atrás y tengo a Hades justo detrás de mí, con la pistola que había dejado en la cama.

— ¿Qué pensabas hacer con la pistola, Grace? — su mirada es diferente, ahora me siento la presa, me siento la oveja sola en el campo y Hades se convirtió en el tigre a punto de matar.

—Yo... yo— mire al suelo, tengo miedo justo ahora. No debí descuidarme tanto.

Hades coloca la punta de la pistola en mi mentón y la sube para que lo vea fijamente.

—Ya descubriste mi pequeño secreto— deja salir una sonrisa maquiavélica que me encanta, aunque la pistola sigue apuntando a mi rostro, lo que dificulta que pueda sentirme feliz del todo.

—No entiendo...— dije mirando a la pistola.

—Oh— Hades bajo la pistola— No tienes idea de lo mucho que desee este momento— se acerca a mí, arrinconándome en la pared.

Su respiración está cerca de la mía.

— ¿Cómo...? — pregunté yo, muy desconcertada.

—Bueno, no eres la única que se mantenía cerca. Estuve ahí casi todo el tiempo, — se aleja un poco de mí— siempre te lo hice saber con regalos.

Llega a mi mente los regalos anónimos que siempre recibía en mis cumpleaños desde que tengo doce años.

— ¿Tú eras el anónimo?

— Sí, y no puedo negar que me encanto que usaras el vestido en la fiesta que hice en tu honor... todo paso exacto como tenía que pasar.

— ¿Hiciste la celebración de máscaras por mí?

—Tu cumpleaños fue el día anterior, te veías triste así que supuse que algo así te haría sentir mejor...— se acercó nuevamente a mí, le saco las balas a la pistola— pero luego llegaste al baño, e hiciste algo que me exploto la cabeza.

Recordé cuando me masturbe en su baño, dentro de la tina. Mi respiración se agito, no comprendo que intenta hacer hades conmigo, estoy entre exaltada y nerviosa.

— ¿Lo escuchaste? — me puse nerviosa y roja de la vergüenza.

—No solo lo escuche, no pude evitarlo— coloco la punta de la pistola en mi entrepierna, haciendo que de un pequeño gemido de susto y placer— Grace estabas tan excitada y esos pequeños gemidos que salían del baño me hicieron imaginar tanto, no pude contenerme y te seguí el juego.

— ¿Qué? — coloco su mano en mi cuello para acercarme a él, mientras que con su otra mano deslizaba la pistola entre mis piernas— Hades...— jadeo.

Perversa obsesión. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora