XII

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Hajin, de nuevo, no le gustaban los bebés

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Hajin, de nuevo, no le gustaban los bebés. No entendía porque sus padres querrían tener a dos exigentes y apestosas papas ruidosas.

Sobre todo ver a Shoyo cargando a Ai en la madrugada, dando pequeños paseos por toda la casa, aún con sus pronunciadas ojeras, no le gustaba.

Tampoco le gustaba ver a Tobio quedándose dormido sobre la mesa mientras trataba de alimentar a Ryota, que esquivaba las cucharadas de papilla. No le gustaba.

Ni despertarse porque los mellizos lloraban a las 2:46 de la mañana exactamente.
Ni ver como Shoyo se dormía con uno de los mellizos pegados a sus pezones.
Ni ver a Tobio durmiéndose mientras lo acompañaba a la escuela.

¡Todo era más fácil cuando solo eran ellos tres!

-¡Hola! ¿No quiere comprar un bebé?- Dijo Hajin, extendiendo unas hojas de papel con dibujos de sus hermanos y varios signos de Yenes

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-¡Hola! ¿No quiere comprar un bebé?- Dijo Hajin, extendiendo unas hojas de papel con dibujos de sus hermanos y varios signos de Yenes.
-Uhm, ¿Qué?- Dijo la señora en el supermercado.
-Estoy vendiendo a mis hermanos. Son feos y no huelen bien. Son muy ruidosos y los odio, si quiere llevárselos gratis está bien.- Dijo extendiendo la hoja.

-¡Hajin!- Dijo Tobio levantando al menor del suelo.
-¡¿Qué haces?!- Dijo molesto. El menor frunció el ceño. Pronto llegó Shoyo detrás de él, con los mellizos en el carrito lleno de compras.
-Lo siento mucho.- Se disculpó el Omega con la mujer, ella sonrió y negó.
-¡Arruinaron mi trato! Incluso busqué alguien que tuviera ropa bonita para que tenga dinero para las papas esas.- Tobio frunció el ceño incluso más. Shoyo dirigió la mirada a sus mellizos antes de suspirar.

-¡No son "las papas esas"! Hajin, son tus hermanos, ¡No puedes tratar de venderlos o regalarlos!- Lo reprendió Tobio.

Tobio jamás lo había regañado.

Hajin volteó a ver a Shoyo, quien solo miraba sus manos.

Se soltó a llorar.
-¡No me regañes!- Dijo entre gritos, eran tan fuertes, que pronto Ai y Ryota empezaron a llorar también.

La pareja se volteó a ver, nerviosos ante las miradas juzgonas de la gente.
-Voy a llorar yo también.- Dijo el Omega.
-Si lloras tú, también voy a llorar yo.- Ambos se miraron nerviosos, el Alfa abrazó a Hajin, tratando de calmarlo, mientras Hinata mecía el carrito, tratando de distraer a los pequeños llorosos.

Hajin lo había decidido

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Hajin lo había decidido. Se iba a escapar.

Sus papás ya no lo querían porque ahora tenían a dos bebés. Dos que si eran suyos.

Estaba muy triste, pero era un adulto (de siete años).

Salió de su cuarto, con un paliacate con sus juguetes favoritos ahí. En la sala están acostado Shoyo, con Ryota comiendo de su pecho.

Y en el portabebés estaba Ai, mirando al pequeño azabache fijamente.
Tobio durmiendo en el suelo, al lado del dichoso portabebés.

-Adiós mugrosa. Te regalo a mis papás. Son muy buenos papás, pero yo soy mal niño... Tal vez por eso ya no me quieren.- Dijo, sentándose frente a ella. La niña solo lo veía, claramente no entendía. Hajin suspiró.
-... Te odio fea.- Dijo antes de levantarse.

Su mano fue detenida por la manita de Ai. Él regresó su mirada, la niña mordía la mano que tenía libre.

-Ajin.- Dijo la pequeña. El menor parpadeó muchas veces.
-¿Qué dijiste?-
-Ajin.- Repitió ella, pronto comenzó a reír. El Kageyama mayor sonrió, demasiado feliz.

-B-bueno... Me voy a quedar... Y-y no te odio... Y no estás fea...- Dijo sentándose frente a ella, la pequeña se soltó a reír.

- Dijo sentándose frente a ella, la pequeña se soltó a reír

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-Hajin, tengo que bañar a Ai.- Dijo Tobio, el menor abrazaba a su hermana.
-¡No! ¡Es mía!-

 -¡No! ¡Es mía!-

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Hajin Stories! (Father Side Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora