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Midoriya y bakugo no tenían la mejor relación de todas.

eso todos lo sabían, no podían mantener una conversación larga sin terminar metidos en alguna pelea, sea verbal o física.

usualmente bakugo es el que iniciaba todos los conflictos, con su orgullo rondando siempre en su cabeza, no le permitía dejarse sobrepasar, aun que el supiera que no estaba bien del todo.

pero aun así, adoraba mantenerme a su lado, al lado de ambos.

Midoriya fue la primera persona que me apoyo al llegar a la UA y es uno de mis mejores amigos, bakugo igual, es un muy buen amigo...aun que el no lo quiera admitir.

ya se habían ganado una reputación, que se empeñaban en mantener, no había día alguno en el que esos dos no fueran el centro de atención.

-¡todoroki-kun!

voltee regalándole una pequeña sonrisa al peliverde que se acercaba corriendo a saludarme

-Midoriya- conteste

-¿que tal estas?, ¿tienes la hora?, no te pude hablar en la mañana por que kacchan lanzo mi celular al escusado y estoy tratando de recuperarlo

comenzó a hablar sin detenerse hasta que llegamos a la puerta de clase

-son las 7:25- levante mi teléfono encendido para que viera la hora

-muchas gracias todoroki-kun- se adentro a la sala de clases, y sin demorar, los gritos se hicieron presentes. solté un largo suspiro y me dispuse a entrar también.

allí se encontraban Midoriya y bakugo discutiendo, el rubio sacándole en cara al mas pequeño que había llegado 10 minutos antes que el mientras le jaloneaba el pelo y el peliverde tratando de sacarse mientras se quejaba de que no era ninguna competencia.

-buen día bakugo- salude tranquilo cuando pase al lado de ambos

-no tiene nada de bueno si te tengo que ver la cara de idiota todas las mañanas- contesto gritando

acomode mis cosas en mi puesto y sonreí tranquilo.

toda esa felicidad me duro hasta el momento en que inicio la guerra...



Ojos FelicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora