Nuevos propósitos

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Esa frase había calado hondo en su pensamiento. No había dejado de pensar en eso desde hace tres días. Cuando sus hermanas habían dejado la casa de campo y su madre la tomó del brazo, fue entonces cuando le dijo: 

-Menos mal que te tengo a ti Penélope. Tú me cuidarás y nunca estaremos solas. 

Penélope amaba a su madre. Pero, no quería pasar el resto de su vida solamente cuidándola a ella. Cuando lo escuchó le dio pavor saber que si seguía así, estaba renunciando a vivir su vida, a formar una familia, a ser madre, a conocer, a trabajar, a escribir. Es que su madre ni siquiera la dejaba leer. Simplemente no era la vida que ella quería y tampoco era la vida que ella soñaba. Tampoco es que ella soñara mucho, puesto que había dejado de hacerlo el día en que las abandonó el primo Jack, en aquella noche fatal. La misma noche en que perdió a su mejor amiga y al gran amor... ¿de su vida? ¿Es que acaso podría amar a alguien más? Sinceramente no está fácil. Si se debía renunciar a algo... ella sacrificaría el amor. Debía ser práctica. Ella necesitaba casarse y sería mucho mejor si lograba conocer a alguien que la llevara lejos de Mayfair y de Colin. 

Más que amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora