Bienvenido a mi vida.

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Martin:

Nos quedaban a penas 2 minutos para llegar al sitio donde se haría la reunión y mis nervios no hacían más que aumentar por segundo. Nunca se me ha dado muy bien eso de socializar, de hecho me causaba mucha ansiedad.

Cuando empecé en el mundo del cine, después de la carrera lo pasé bastante mal, pero, poco a poco fui desenvolviéndome y cada vez que tenía que conocer a gente nueva, ya no me causaba ansiedad. Al revés, sentía emoción.

En este caso, los nervios me ganaron por goleada. De pronto sentía que no era suficiente y que no valía para esto. Pero, mis pensamientos se vieron rápidamente interrumpidos por la voz de Jorge.

- Ya estamos. - dijo señalando un edificio.

- Pero si esto es una casa, no es una oficina ni nada. - dije mientras observaba el edificio desde el coche.

- Es que, la reunión es en la casa de la representante de Juanjo. - dijo mientras se bajaba del coche.

- Madre mía. - fue lo último que dije antes de subir.

Mis nervios empezaron a disminuir a medida que subíamos en el ascensor. Me mire en el espejo que había dentro y pensé nuevamente en la propuesta. Si al final termino aceptando, todos los focos estarán puestos en nosotros, y mi fama se disparará. A lo mejor si aceptaba, podría tener más suerte en el mundo del cine.

No me dio tiempo a seguir pensando en si debería aceptar o no, porque Jorge ya había tocado el timbre de aquella casa. Una chica con el pelo rubio, bajita, y una sonrisa encantadora abrió la puerta.

- Hola chicos, yo soy Rocío, la representante de Juanjo. Pasar hombre, no os quedéis ahí. - dijo mientras se hacía a un lado y nos ofrecía entrar a su casa.

- Hola Rocío, encantado. Yo soy Martin. - dije mientras entraba y le devolvía la sonrisa.

- Eres mucho más guapo en persona Martin. Me encanta tu estilo por cierto. - dijo ella mientras cerraba la puerta y nos invitaba a entrar en el salón.

Solo pude murmurar un "gracias" a Roció porque justo después le vi allí sentado en el sofá.

Allí estaba estaba él. Vestido con unos pantalones anchos grises, unas zapatillas del mismo color y una camiseta de tirantes que resaltaba todos los músculos de su espalda.

Todo mi cuerpo se tensó cuando le vi levantarse del sofá y caminar en mi dirección con una sonrisa radiante. Juanjo era mucho más guapo en persona, y si ya me parecía guapo en las fotos que subía, ahora me parecía un partidazo. Pero aquí estábamos para hablar de una relación falsa, por lo que no me permití bajar la guardia y dejar que mis impulsos se apoderen de mis sentimientos.

- Hola, soy Juanjo. No sé si me conocerás la verdad, pero yo a ti sí. Me encanta como actúas, tienes mucho talento. - dijo de repente.

- Muchas gracias. La verdad es que no te conocía hasta ayer que me llamó mi representante, pero eso es porque no utilizo mis redes sociales casi nunca. Igualmente, encantado de conocerte. - le respondí con nerviosismo.

- No te preocupes, para eso estamos aquí, para conocernos. - dijo mientras se acercaba y pasaba su mano por mi brazo.

Le devolví una sonrisa y me senté en el sofá al lado de mi representante, el cual ya estaba hablando con Rocío.

- Buenos chicos, aquí estamos para hablar, proponer ideas, y trabajar juntos. Como ya le he dicho a Martin antes, aquí nadie está obligado a nada, así que si al final no queréis, no pasa nada. - empezó a decir mi representante.

- Tiene toda la razón, esto es para que los dos podáis explotar vuestra fama, pero no os sintáis obligados a nada. - le siguió Rocío.

- Por mi parte no hay ninguna problema, todo depende de Martin y lo que quiera hacer él. - en este caso habló Juanjo, quien me dirigió una sonrisa después de hablar.

- ¿Que pasa si nos pillan? ¿Habéis pensado en eso? Se podría armar la de dios, y tanto Juanjo como yo saldríamos perdiendo. - dije mirando a ambos representantes.

- La gente puede decir misa. Solo vosotros dos sabéis la verdad. Cuando la gente diga que vuestra relación es mentira, que dudo mucho que la gente lo piense, lo único que tenéis que hacer es contraatacar y decir que no, que estáis enamorados, que lleváis tiempo juntos y que hasta ahora no habíais dicho nada por miedo a que vuestra relación sufriera a causa de la prensa. - dijo Rocío.

Esta chica me había caído genial. Había sido amable desde el principio y además se la veía con intenciones de que toda esta mentira saliera adelante de la mejor forma. Por lo que, asentí mientras ella hablaba.

- Estoy de acuerdo en hacerlo, pero necesito que haya condiciones. - dije mirando estaba vez a Juanjo.

- Eso es cosa de vuestra relación. - dijo mi representante antes de que Juanjo pudiera decir nada. - Lo único que nosotros queremos saber es si aceptáis o no la propuesta. -

- Acepto. - dije mientras la culpa y las inseguridades se apoderaban de mí.

- Yo también acepto. - dijo Juanjo sacándome de mi pensamientos.

- Vale perfecto, pues ahora si queréis podéis ir a un bar que queda cerca de mi casa y podéis poner todas las condiciones que queráis. Tampoco os paséis, la gente necesita chicha y para eso no se pueden prohibir los besos en público ni nada. - dijo Rocío. - ser conscientes de las condiciones que ponéis. - terminó diciendo mientras se levantaba e iba dirección a la puerta principal de su casa.

- ¿Pero nos vamos ahora? ¿Así? Yo no he traído coche. - dije mientras me levantaba del sofá.

- Vamos en el mío que aun que esté cerca, hace mucho calor. - dijo Juanjo mientras se levantaba del sofá y comenzaba a caminar en dirección a la puerta.

Mire a mi representante, y Jorge lo único que hizo fue regalarme una sonrisa y un abrazo. Cosa que agradecí eternamente por que los nerviosos se habían vuelto a apoderar de mí.

Me despedí de Rocío con dos besos, dándole las gracias por haber sido tan maja y por abrirme las puertas de su casa, aún que haya estado 10 minutos contados.

Rápidamente y sin cruzar palabra, Juanjo y yo bajamos por el ascensor para ir a ese bar. Me abrió la puerta del coche como si fuera un famoso y él mi chofer, por lo que solté una risa tímida al tener ese pensamiento. Él me miró extrañado por mis acciones pero me devolvió la sonrisa en cuanto le sonreí.

No había sido tan incómodo como pensé. Al revés, Juanjo había resultado ser una persona encantadora con una sonrisa preciosa. Al menos eso era lo que había podido ver desde que le he visto en el momento en el que he entrado en el salón de su representante.

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Helloussss, aquí tenéis el cuarto capítulo de esta historia tan bonita. Bueno, ya se han conocido. Ahora lo único que falta es que empiece el drama. Por cierto!!! Hoy tenemos concierto en Barcelona, no lo podré ver pero luego miraré twitter jajajajaja.

¿Que os está pareciendo? Ya sabéis que cualquier sugerencia es bienvenida.

Os amo majasss💋💋💋

¿Dónde has estado todo este tiempo? - JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora