¿Estás de acuerdo?

365 22 0
                                    

Juanjo:

Tenía una mezcla de sensaciones y sentimientos que no me dejaban pensar con naturalidad. Tenía al mismísimo Martin Urrutia en mi coche, camino a tomarnos una cerveza y poner condiciones a esta nueva relación falsa que habíamos empezado apenas hace 10 minutos en casa de mi representante.

Se queda corto decir que estaba alucinando. Había aceptado. El chico que me lleva gustado varios meses desde que le vi en una película estaba sentado al lado mío, en mi coche. Que alguien me pellizque para ver si esto es de verdad.

- ¿Estás seguro de que quieres continuar con esto? Yo por mi parte estoy encantado, pero también me gustaría saber tu opinión. - dije mientras miraba la carretera.

- Sí, estoy seguro. Si no lo estuviera no hubiese aceptado, pero no sé, pareces majo y me apetece conocerte. Aun que para la prensa estemos juntos, a mí me gustaría tener un amigo que no sea del mundo del cine. - me respondió con una sonrisa.

"A mí me gustaría tener un amigo" ¿Cómo le digo yo ahora que no me gustaría tenerle como un amigo? ¿Cómo le digo que quiero que se enamore de mi? ¿Cómo le digo que quiero que estemos juntos pero de verdad?

- Guay. Estamos llegando así que, si quieres ahora hablamos de las condiciones que queramos poner. - dije al ver que mi cabeza estaba entrando en una lucha interna por decirle lo que sentí la primera vez que le vi en televisión.

- Vale. - dijo sonriendo y con nerviosismo, como un niño pequeño.

Un minuto más tarde aparqué el coche al lado del bar. Ambos bajamos y entramos en busca de una mesa en la que pudiésemos estar tranquilos. No había mucha gente a las 6:45 de la tarde por lo que no tardamos en encontrar una.

Ambos nos pedimos una cerveza cuando la camarera se acercó a nosotros.

- Primera regla. Nada de besos, ni cariños, ni nada que se le parezca mientras estemos en privado. Somos amigos, nada más. - dijo de repente mirándome con cara desafiante.

- Segunda regla, no se lo podemos decir a nadie. Y eso incluye a familiares y amigos. - dije yo devolviéndole la mirada desafiante que el había puesto desde un principio.

- Estoy de acuerdo, ¿Algo más que quieras añadir? - me preguntó con una sonrisa nuevamente desafiante.

"Tercera regla, que te enamores de mi" pensé. Quise decirlo en alto pero, obviamente, no lo hice. A cambio, lo único que solté fue - Por mi parte todo bien con esas dos reglas. -

- Perfecto, pues entonces ya está. Podemos decir que estamos juntos. - dijo mientras se reclinaba en su asiento y le daba un sorbo a la cerveza que nos había traído la camarera.

- Mañana tengo un evento. Me gustaría que me acompañases. - solté rápidamente con miedo por la reacción que pudiera tener. Sin embargo, no le noté nada sorprendido, como si estuviese esperando que yo le dijera algo parecido.

- ¿A que hora? - me preguntó.

- A las 8 te recojo de tu casa. Toma mi número y pásame ubicación. - le dije mientras le tendía mi móvil con mi número de teléfono.

- ¿Y cómo se yo que esto no es una técnica para saber donde vivo y así poder rular mi ubicación por ahí? - me dijo entre risas mientras se apuntaba mi número.

- Por que yo nunca haría eso amor. - le dije mientras le cogía de la mano que tenía libre y miraba a mi alrededor.

Me miró confundió respecto a mis actos, puesto que le había llamado de forma cariñosa y había tenido la valentía de acariciarle la mano. Rápidamente se dio cuenta del porqué lo había hecho, pues se acercaron dos niñas bastante monas a pedirme una foto.

- Bueno, cuéntame algo de tu vida que todos tus seguidores no sepan. - dijo una vez me despedí de la niñas que se habían acercado.

- Ósea que ya has estalkeado mi cuenta de Instagram y te sabes toda mi vida de memoria ¿no? - pregunté desafiante.

- Tenia que asegurarme de que al menos fueras guapo. - dijo él mientras le daba otro trago a su cerveza.

- ¿Y bien? ¿Estoy a tu altura Urrutia? - le dije en un tono burlesco.

- Mas que eso. Eres simplemnte perfecto físicamente. - dijo él mientras yo le regalaba la sonrisa más bonita y sincera que había tenido en mi vida.

- Deja de decirme esas cosas que me estás poniendo nervioso. - le dije mientras apartaba la mirada.

- ¿Te pongo nervioso o te pongo a secas? - me pregunto mientras se reía.

- Me pones nervioso. - le dije con una mirada desafiante.

- Era broma idiota. - me dijo él todavía riéndose.

El resto de la tarde la pasamos entre risas y conociéndonos. Él me contó que no había tenido mucho éxito en el mundo del cine pero, que no iba a dejar de intentarlo. Me dijo que lo que más le apasionaba en esta vida era ser actor, y lo único que yo pude hacer fue mirarle con admiración.

Por mi parte, le conté lo más íntimo de mí, lo que nadie sabía, ni si quiera mi representante. Le conté que mi sueño era sacar música, ser cantante, dar conciertos. Pero, que la vergüenza por lo que opinarían sobre mi música me echaba mucho para atrás y no era capaz de enseñarle al mundo todo lo que tenia por dentro.

Me miró apenado cuando le dije que era la primera persona a la que le contaba esto, que no lo sabía ni si quiera mi familia. Arrastró su mano por la mesa hasta llegar a la mía y me la cogió sin pensárselo.

Me puse tenso al instante. No necesitaba la lastima de nadie. Se lo había contado por que necesitaba saber cosas de mi al ser "mi pareja", no para dar pena.

- No necesito tú pena, ya tengo suficiente con la mía propia. - le dije en un arrebato.

Me arrepentí al segundo de haberle dicho eso, pero a veces, mi boca reaccionaba antes que mi cerebro, y sabía que eso era algo que tenía que cambiar. Rápidamente me quitó la mano y el ambiente tan sincero que habíamos creado, como un chasquido de dedos se esfumó.

- No te he cogido la mano con esas intenciones pero bueno, perdona si te ha sentado mal. - me dijo con una mirada apenada.

Hubo unos segundos en los que ninguno habló, y cuando por fin le iba a decir que era yo el que se tenía que disculpar por haber reaccionado de esa forma, él volvió a hablar.

- ¿Me llevas a mi casa porfa? Estoy cansado. -

Me maldije en ese momento. Habíamos pasado una tarde muy entretenida, conociéndonos y hablando de cosas que no tenían nada que ver con nosotros. Y por mi culpa, ese ambiente tan bonito que habíamos creado, se esfumó en cuestión de segundos. Sin embargo, en vez de decirle que no, que quería seguir pasando tiempo con él, le dije:

- Claro, pásame tu ubicación. -

************************************************

Helloussss, aquí tenéis el quinto capítulo. Poco a poco vamos viendo como son sus personalidades y sus sueños.

Ya sabéis que cualquier sugerencia es bienvenida. Os amo majassss, un besitooo💋

¿Dónde has estado todo este tiempo? - JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora