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Las semanas pasaban más rápido de lo normal y el vientre de Jake empezaba a notarse un poco, y esto ya no se lo podía ocultar a sus hermanas. Él las amaba demasiado como para no contarles algo tan importante como su embarazo.

Y también porque su malestar naturalmente era muy evidente, así que, esa misma mañana de agosto, le iba a contar a Chaewon y a Winter. Eran las ocho y media de la mañana, Chaewon salía a su universidad a la diez y igual que Jake a su secundaria, pero Winter se iba a trabajar a las nueve así que tenia que ser rápido. Ambas chicas estaban sentadas en la mesa central de la sala desayunando en un ambiente ameno y pacifico.

Jake se acercó ellas con una sonrisa tensa y nerviosa, se sentó en una de las sillas que estaba en medio de las hermanas, estas lo voltearon a verle con curiosidad.

—Chicas... les tengo algo que contar— Dijo el castaño, intrigando aún más a las dos chicas. El castaño dio un largo suspiro exasperado y entre cortado.—Estoy en cinta.

Soltó sin más mientras cerraba con fuerza los ojos, esperando algún tipo de golpe o insulto, pero no recibió nada más que las estruendosas risas de sus hermanas. Este abrió los ojos como platos por la inesperada reacción de sus hermanas.

—Oh, Yun, por favor. ¿Crees qué no nos dimos cuentas?— Dijo la pelirroja Winter, mientras le daba unas palmadas en el hombro. —Jaeyun, creo que nos dimos cuenta mucho antes que tú.

Jake quedó totalmente pasmado en su lugar mientras miraba a Winter horrorizado.

—¿Acaso eres bruja?— aquello dicho por el menor hizo estallar nuevamente en carcajadas a las hermanas.

—No, Jaeyun... A ver, no. A lo que se refiere Winter es que nosotras tenemos mucha mas experiencia por ser chicas—. Explicó Chaewon—Desde que te embarazaste tu cabello empezó a verse más rubio y tus ojos también se pusieron más claros. Esos son los cambios en una persona cuando está en embarazo. O más que todo en los hombres, las mujeres tienen otros cambios.

El castaño palideció al escuchar la declaración de su hermana, un poco aturdido por no haber esperado tal respuesta de las chicas. Saber eso realmente le tranquilizó un montón pero aún seguía indeciso y un poco ansioso por saber si sus hermanas lo apoyaban o no.

—Pero... ¿Ustedes realmente me apoyan?— preguntó el menor con los ojos llorosos hacia sus hermanas, aún seguía preocupado por su respuesta pero confiaba en ellas.

Las chicas rieron suavemente y envolvieron a su pequeño hermano en un dulce abrazo mientras acariciaba la cabeza y lo consolaban demostrando que estaban ahí para él. Jake se sintió cálido con el momento tan bonito que compartían con sus hermanas. 

—Jake, cariño... Sabes que un hijo es una gran responsabilidad para este mundo, pero si tú te sientes listo y preparado para tenerlo no somos quien para impedírtelo. Sabes que estaremos aquí para ti en cualquier momento y en cualquier situación. Siempre has sido, y serás nuestro pequeño hermano.— dijo Winter mientras la abrazaba.

El castaño se sintió tan feliz de tener las mejores hermanas del mundo, aunque no estuviera su madre se sentía feliz a lado de ellas. Las consideraba una madre.





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Jake iba saliendo de su casa, Y allí en la puerta lo esperaba su mejor amigo Jungwon. Ambos iban a empezar a caminar pero se encontraron con el deportivo rojo que ya se les hacía familiar, si era Heeseung. ¿Ese idiota jamás me cansaría? Realmente que el mayor tenía un grave efecto en Jake.

Insensible | HeeJake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora