Aquella bella flor

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Los pasillos de la caverna estaban húmedos, el agua caia desde el techo en pequeñas gotas. Las paredes eran frías y cada roca parecía ser bañada con un rocio mañanero.

—Ark ¿No crees que esa "Lily" Estaba un poco chiflada?— dijo Yomi con una voz de agonía por el tiempo que llevábamos caminando— Obviamente está más chiflada que tu, quiero decir, nos pone a caminar y a eliminar a un tal parásito que ni ella conoce. Yo solo tengo hambre.

—Ya deja de quejarte, rata, recuerda que tú fuiste el que quiso movernos rápido ¿No? Ahora te jodes.
«Aunque no puedo negar que yo también tengo mucha hambre»

De pronto vimos unos charcos de agua cristalina, y en medio de ellos una pequeña roca con una flor en medio de ellas..

—Hola,Ark acercarte, necesito darte algo— dijo mientras tocia— "Cof Cof"
Ark, como nuestro salvador te entrego esto. ¿Puedo confiar en lo que usarás para el Bien?

—Si salir de aquí implica salvarlos a ustedes lo hare con todo el gusto del mundo— le replique mientras me acercaba con mis manos temblorosas, la verdad me daba miedo que los seres de este mundo conocieran mi nombre.

—Mi nombre es Carmeliá, no podemos sobrevivir en ningún sitio y yo estoy a punto de morir. Toma, bebe de esta gota de Ra y serás inmune al efecto del veneno— Carmeliá hizo descender sus pétalos y de ellos saco una gota cristalina, brillaba con un fuerte tono verde

—¿Debo beberla?
—Asi es, Ark

Tome la gota con mis manos y la tragué con fuerzas pero no senti nada.
En ese momento los pétalos de Carmeliá empezaron a caer al agua, se estaba marchitando.

—¡Carmeliá!— Grite con tono de preocupación.

—Esta bien, es mi destino pequeño Ark, sigue por este camino y encontrarás algo especial para tí. Ah cierto y sobre tu nombre, es que eres muy especial para este mundo— Guiñó el ojo mientras se terminaba de marchitar hasta caer totalmente seca.

Cruce mis manos y me arrodille junto con Yomi en señal de respeto, y jure ante sus pétalos caidos que sanaría la tierra donde viven las plantas.

Seguí por el camino que Carmeliá nos había indicado, por un lugar mucho más húmedo y profundo lleno de manantiales de agua y un frío casi igual que al de el exterior de krista.
Pronto nos encontramos con una pequeña cascada donde posaba otra flor, muy idéntica a Carmeliá, está estaba debajo de la cascada constantemente siendo mojada por el agua que de ella decencia.

—¿Carmeliá, eres tú?— Pregunto Yomi con voz dudosa.

—No, no soy Carmeliá ¿Por que? ¿La han encontrado? Ella estaba muy mal,espero que esté bien.

Justo cuando Yomi iba a hablar, moví mi mano lo más rápido que pude y le tape la boca.
—No, solo nos confundimos. ¿Cual es su nombre querida flor?

—¿Nombre, por qué tendría que tener un nombre, jóven?— Algunas risitas salieron de su voz— Verás joven, en la superficie habia un parásito de plantas llamado Evergreen, y el árbol de Ra enfermo gracias a este parásito, llevando a que las flores de este lado del mundo enfermaran.— su voz cambio y ahora se notaba una gran tristeza en ella.— Las flores de este lado del mundo tienen una cualidad especial, expulsan unas esporas que se van a todas partes del mundo, pero al ser infectadas el verde de este mundo se perdió.

Con uno de sus pétalos ella señalo una cueva que llevaba a una escalada.

—Eso te guiará hasta el parásito, pero debes de tener mucho cuidado joven, es muy peligroso y por eso nadie jamás lo ah vencido.

—Oh pequeña flor, nadie lo ah vencido porque no tienen lo que yo tengo. Determinación y mi torpeza, así como a Yomi.

—¿Que yo que?— Exclamó Yomi.
Solté una carcajadas y salí en camino a lo que podría ser una de las batallas más duras hasta ahora. Mi pulso estaba acelerado y mi cuerpo estaba empezando a sentir mucho frío debido a la humedad y lo profundo que estaba.
Pronto, había llegado a la escalada, quizás estaba cansado pero la promesa que le hice a Carmeliá y las ganas de salir de ese frio lugar me ayudaron a subir, mis brazos ya estaban cansado, la verdad no hubiera podido de no ser por aquellas cosas que me impulsaban en aquel momento.

Terranigma La creación de la tierra y el cielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora