Capitulo 8

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El bicolor empezó a sentir un fuertísimo dolor en la cabeza, de apoco empieza a abrir sus ojos heterocromáticos y la oscuridad de la sala donde se encuentra hace presencia. No sabe a qué hora es, ni que día, sabe que su padre seguro le siguió pegando estando él inconsciente.

Cuando se toca la frente tratando de calmar su dolor, siente algo medio húmedo, igualmente ya se hacía la idea de qué sería. Shoto solo te quedó ahí en el suelo acostado, sin siquiera preocuparse de la sangre que salía de su cabeza y otras partes del cuerpo.

Para él ya era normal que las cosas con su estimado padre terminarán así. Había veces que terminaba peor, así que al parecer Enji estaba de buenas ayer después de todo.

Shoto se quedó así 15 minutos, no estaba pensando en nada, solo estaba ahí disfrutando el silencio, la oscuridad y la soledad, él realmente quiere salir de esa casa, pero sabe que también el querer ser "invisible" es imposible, su padre es reconocido en todas partes así que de este infierno es poco probable que salga.

Después de tomarse ese pequeño descanso de 15 minutos, Shoto se levanta con cuidado, sus heridas de los días pasados cree que se volvieron a abrir. Ahora que se pone a pensar, es raro que no le preguntarán en la academia sobre sus moretones y heridas, o tal vez simplemente pensaron que esas heridas fue por el entrenamiento.

— Shoto, cuando aprenderás que a nadie le interesas— se dijo a sí mismo el chico mitad albino.

Después de caminar y salir de la sala fue directo al baño, se daría una ducha y vendaria sus heridas, esperaba que mañana nadie sienta pena por el, ni mucho menos que le pregunten que pasó, él culpaba a Uraraka por lo que le pasó, si ella hubiera aguantado más...

—Maldito Enji, ojalá tu quirk se ponga en tu contra y te quemes vivo— Shoto sabía que nadie estaba en la casa, antes de entrar al baño vio el reloj, y este marcaba las 10:34 pm. Su padre estaba en su agencia y su hermana en su trabajo cuidando a una anciana. Casa sola por fin, Sentía la libertad de contarle a la soledad lo mucho que odiaba a su padre.

Se tardó un poco en vendar todo, tenía nuevas heridas en la cara, brazos y torso, lo de ser invisible se fue a la quiebra, sabía que alguien le preguntaría mañana que fue lo que pasó, y sabe con ciencia cierta que ese alguien será ese peliverde. Cuando pensó en ese peliverde se acordó de otra persona más, es ceniza.

Se acuerda que lo vió en la enfermería, por lo que le dijo recovery, no era nada de qué preocuparse pero igual sentía curiosidad de su estado, cuando lo vio acostado se veía tan tranquilo y calmado, lastima que no pudo apresiar más al chico por la entrada de Enji a la sala.

Cuando se puso toda la venda optó mejor por irse a la cama, así sin cenar, si se moría era más un premio que una desgracia. Y con ese pensamiento el bicolor cayó en los brazos de Morfeo.

Escuchar la maldita alarma es algo que Katsuki odia. Es como que la alarma le obligue a despertarse aún si él no quiere, Y A ÉL NADIE LE OBLIGA.

—¡YA CALLATE MALDITA SEA, TODA LA PUTA MAÑANA LLORANDO PARA QUE ME DESPIERTE!— el ceniza le hablaba a su alarma bastante enojado, se quedó con sueño porque ayer estuvo viendo formas para mejorar justamente, él se hizo la idea que pudieron ganar y que él pudo salvar a todos pero no lo hizo por débil.

—Mocoso, ¿Otra vez hablándole a la alarma? Es que es enserio, te tienes que conseguir una novia, ya hasta le hablas a los objetos— su madre se burlaba de él. Cómo. Se. Atrevía.

—VIEJA BRUJA YO NO NECESITO NOVIA NI NADA DE ESAS COSAS ABSURDAS—

—A MI NO ME DICES VIEJA BRUJA PEQUEÑO MALCRIADO, pero si no quieres novia me lo hubiera dicho, eso significa que lo que quieres es novio, ¿No?— de nuevo su madre se estaba burlando de él. Ella pregunto eso con sarcasmo para molestarlo.

Me amarás hasta el final? [Bakutodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora