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El azabache fue drogado y subido al auto del anciano, el pobre omega veía todo borroso y sentia náuseas, el mareo persistía y casi casi que sentía que iba a morir allí, su cabeza dolía mucho

-Vamos deja de hacerte el difícil- de forma brusca, el hombre mayor lo jalo acostando al omega sobre los asientos colocando con nada de cuidado la cabeza del azabache sobre su regazo


-(No...aléjate de mi...)- pidió en su mente


-Hmm, creo que a mi hijo le va a gustar un regalo así de lindo~- admiraba la belleza del joven omega


-(¿Hijo? ¿soy el regalo de su hijo?...no entiendo...me duele mucho la cabeza, además...todo da vueltas...)- pensaba mareado -(Izuku....)- fue lo último que dijo en mente antes de caer rendido al sueño


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El sonido de unas personas hablando y música clásica se escuchaba en un espacio grande haciendo eco, los ojos del azabache se comenzaban a abrir de a poco, ¿donde estaba? ¿que había pasado?, eran las preguntas que rondaban por su cabeza, el dolor punzante en su cabeza no había parado, pero al menos los demás malestares se habían ido a excepción de los otros los cuales ya eran comunes

Miro a su alrededor enfocando bien su vista, estaba en un salón grande recargando en el respaldo de un sofa de cuero, el piso era brillante, había un gran candelabro y todo parecía muy lujoso y elegante, personas bien vestidas dialogaban entre ellas mientras los camareros iban de lado a lado pasando delante del omega, recobrando bien la conciencia, noto su ropa

Una blusa blanca con un liston negro en la parte superior rodeando el cuello de la misma, era de tirantes, en vez de vestido llevaba una falda rosa con lineas blancas que hacían cuadros, también llevaba puestas unas calcetas blancas y unos zapatos negros de charol brillante con una correa alrededor del tobillo la cual tenía una mini mariposa como broche, su cabello lo sentía suelto, y sus labios estaban humedos por lo que dedujo llevaba brillo, el sonido de alguien golpeando de forma suave su utensilio contra una copa le llamó la atención


-Buenas noches, como esta vez celebramos el cumpleaños de mi hijo 𝗗𝗶𝗺𝗶𝘁𝗿𝗶, le e comprado algo especial, hijo, por favor toma tu regalo-


Todos miraron al azabache, el ya sabía que era el regalo, este, pensaba ver a un cachorro al cual quizás le obligarían a cuidar, pero no, un hombre de unos 40 y tantos años se acercó a el, estaba pasado de peso, muy pasado, no se veía del todo limpió, era rubio de ojos verdes opacos, las manos del hombre lo tomaron de la cintura parándolo del sofá, solo allí el omega noto que sus extremidades no le respondían, solo tenía consciencia y podía mover los ojos, boca y cabeza más no podía mover su cuerpo como queria


-Es un lindo muñequito que puedes usar para lo que quieras-


-(No! no! no! no puedo hablar! ¡¿por que?! ¡¿por que no puedo mover mi cuerpo aparte de mi cabeza?! ¡¡¿que pasa?!!)- pensaba aterrado el omega


Los ojos negros del azabache se encontraron con los del pedófilo, este lo miraba de forma lujuriosa causando asco en el azabache que pensaba con horror que le habían echo

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Al terminar la fiesta el hombre llamado 𝗗𝗶𝗺𝗶𝘁𝗿𝗶 lo llevó hasta una habitación tirándolo a la cama

-Estas muy lindo muñequito~-


Las manos del rubio comenzaron a acariciar los muslos de Shōta al mismo tiempo que subía su falda dejando ver su ropa interior de color rosa y unas cintas de tela las cuales estaban conectadas a sus calcetas que rebasaban por debajo de su falda, alrededor de su ropa interior tenía una especie de tul blanco transparente


×°🅂🄾🄻🄾 🅄🄽 🅾🅼🅴🅶🅰°× Donde viven las historias. Descúbrelo ahora