OO1 | EN BLANCO

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Me había pasado el día leyendo, pero ahora abrazaba mis piernas cubiertas por el camisón blanco, observando por la ventana cómo las gotas de agua iban deslizándose por el cristal y el cielo iba oscureciéndose, mientras aquel libro rojo quedó sobre...

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Me había pasado el día leyendo, pero ahora abrazaba mis piernas cubiertas por el camisón blanco, observando por la ventana cómo las gotas de agua iban deslizándose por el cristal y el cielo iba oscureciéndose, mientras aquel libro rojo quedó sobre el banco llegando a rozar los dedos de mis pies. Este día llegué a descubrir que no me gustaba para nada la lluvia, pues ahora llevaba horas solamente observándola caer, perdiéndome en mis pensamientos y en aquella sensación en mi pecho que parecía oprimirse por momentos.

¿Qué era lo que causaba en mí? ¿Tristeza? ¿Que pensara acerca de mi vida?

No lo comprendía.

Y lo peor de todo era cuando intentaba pensar en mi vida, en lo que pudo ser, por más esfuerzo que intentase hacer, todo era en vano. Estaba completamente en blanco, así como los bordes de la ventana, las cortinas, el techo, las paredes, la cama de la habitación y aquel camisón que llevaba. Ni siquiera mi piel parecía tener color alguno.

¿Cuánto tiempo llevaba atrapada en este maldito color? No lo sabía, por lo que me preguntaba si acaso era toda mi vida, porque por más que intentaba ir más allá en mi memoria, solo podía recordar esta habitación y este color. Jamás le había prestado atención alguna a eso, pero ahora estaba despertando cierta desesperación en mí.

¿Acaso todas las personas que estaban aquí les pasaba lo mismo? ¿Tampoco tenían recuerdo alguno que no fuera lo blanco? Quería preguntarles, más que nada a aquellas personas que solían visitarme tres veces al día y también vestían de blanco, pero hablaban un idioma que no podía comprender, además que me ponían demasiado nerviosa al observarme por la ventana rectangular que estaba en la puerta, vigilando que comiera y tomara las medicinas.

Una de esas personas se me hacía completamente detestable por su manera de mirarme y actuar con desagrado, llegando a ser hasta brusco. Aquel hombre moreno y con una cicatriz en su labio era el único que no se tomaba el tiempo de vigilarme, por lo que podía comer más tranquila, a pesar de que cuando entraba a la habitación despertaba mis nervios con demasiada intensidad.

No sabía qué era lo que pasaba en este lugar y eso era lo que más me preguntaba. Pues, siempre que acababa un libro, aparecía otro en la habitación, ni siquiera podía comprender cómo es que sin poder recordar absolutamente nada, sabía leer, y todos esos libros eran en inglés cuando la mayoría de personas que veía no podía entenderles lo que decían.

Mientras más pensaba, más llegaba a darme miedo este lugar. Podía recordar hasta cómo hubo veces en las que me metían en una máquina, aterrorizándome al sentir que se me dificultaba respirar por el pequeño espacio cerrado. Y las veces que visitaba a un hombre de cabello gris, era como si todas las preguntas que me hacía, al salir, se esfumaran de mi memoria, lo que me hacía preguntarme si acaso en eso tenía que ver la medicina que me daban.

SWEET TORTURE ➵ JEON JUNGKOOK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora