❝Jungkook está atrapado en las garras de una maldición que lo consume poco a poco, alimentando su lujuria y desesperación. En su búsqueda por escapar de su oscuro destino, se sumerge en un peligroso juego de manipulación y poder, dispuesto a arrastr...
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Me daba cuenta de que lo mejor era concentrarse en lo positivo, como el que gracias a ese hombre estaba aprendiendo muchas cosas, sin contar el hecho de que yo podría formar parte de la categoría que era defectuosa. Pero ahora sabía que estábamos a finales de primavera, luego vendría el verano, como también aprendí que estábamos en el año 2021. La verdad es que estaba sintiéndome menos perdida, pero aun así el pensar en salir y rodearme de las personas, aprendiendo a actuar como todos ellos, provocaba que me alterara.
Quizás no estaba tan mal el hecho de estar encerrada aquí y solo tener permitido salir cierto horario.
Parecía entenderme aún sin conocerme en absoluto, como también cuidarme de alguna forma. O quizás era demasiado ingenua al pensar algo así, pero podría ser que necesitaba poder creer eso para sentir algo de tranquilidad en mi interior.
No quería que me regañara como cuando lo hacía al no responder de forma correcta una de sus preguntas o al no poder formular bien la pregunta, por esa misma razón ahora estaba sentada con el celular en ambas manos mientras que Jimin, que siempre me acompañaba, estaba a un lado de las sillas, manteniéndose tan recto como siempre y con las manos tomadas en frente.
Siempre parecía mantener cierta distancia, y a pesar de que era cómodo para mí estar con él, nunca parecía hablar más de lo necesario, tan solo respondía a lo que le decía, y a veces ni siquiera lo hacía con palabras, era sonreír, asentir o negar con la cabeza. Pero al menos se mostraba amable y más sonriente que las demás personas que eran nuevas en mi vida, aunque sí Agnès era bastante amable.
—¿Señorita Ava? Pase, por favor.
La voz de la enfermera me sacó de mis pensamientos. Estaba demasiado agradecida que tanto ella y el terapeuta hablaran mi idioma, que según aprendí por Jimin, aquí no era tan común el inglés, al contrario, las personas eran reacias a hablarlo, pero el hombre que estaba haciéndose cargo de mí, se ocupó de la situación para que no pudiera dejar la terapia. Observé a Jimin, el cual hizo un ademán con la mano indicándome que obedeciera. Tensa lo hice, entrando a la sala donde se encontraba aquel hombre calvo que siempre se mostraba muy sonriente.
—Buenos días, Ava. Tome asiento, por favor.
—Buenos días —intenté devolverle la sonrisa, tomando asiento frente a él.
—Cuéntame. ¿Cómo te sientes hoy?
Siempre que venía era la primera pregunta que me hacía, y la verdad era que comenzaba a detestarla, ya que nunca sabía realmente cómo explicar el estado en el que estaba. Solo sabía que no estaba bien.
—No lo sé.
Él asintió como cada vez, como si pudiera entenderme, pero luego las preguntas volaron, recibiendo respuestas tardías de mi parte. La mayoría de veces me tomaba mi tiempo para responder, ya que me hacía pensar demasiado, haciéndome frustrar por momentos al no poder expresarme como me gustaría porque se me dificultaba identificar muchísimas cosas, entre esas, mis sentimientos y emociones.
