Suertes Diferentes

Prólogo

Las pisadas se hacían cada vez más rápidas para aquella recolectora, se había alejado de su grupo de búsqueda, su lanza le había sido arrebatada y varias lesiones adornaban su cuerpo en señal de una fallida pelea de la que intentaba escapar. Había oscurecido lo suficiente haciéndole más difícil encontrarse con su grupo, sólo podía escuchar cómo se enfrentaban a los Lupanis mientras otros la perseguían a ella.

"Piensa en algo" se regañaba aquella chica al correr, tenía miedo pero a pesar de eso tenía que pensar en un plan para escapar, esconderse no eran una opción, ya que, los Lupanis agudizaban sus sentidos en la noche resaltando sus características híbridas.

Sus pensamientos la desconcentraron del camino por el que iba, tropezando y descolocando su sentido de orientación, al intentar continuar sintió como una mano con garras afiladas tomaba de su tobillo, así después sintió un ardor en su muslo que la hizo gritar. Al enfocar mejor con sus ojos, pudo notar que su propia lanza estaba desgarrándole la piel.

-Es nuestra.

La voz de uno de los Lupanis que la perseguía la estremeció, una voz ronca y profunda que le quitó todo el aliento de seguir escapando. Buscó los ojos de su captor, eran unos brillantes ojos azules y poseía una amplia sonrisa, una de lujuria combinada con el apetito.

-¡Más te vale que no empieces sin mí, Bran!

Otra voz se hizo presente, una que la Recolectora no pudo reconocer, pero que afectó considerablemente al Lupanis que la tenía a su merced, este gruñó por lo bajo y se puso en guardia así como también los otros que lo acompañaban. Probablemente serían 4 híbridos que no tendrían piedad con ella, pero de un momento vio que ese extraño los golpeaba considerablemente hasta derrumbarlos para luego sentir como sus pasos se acercaron hasta llegar a su lado, una figura masculina se arrodilló frente a esta, sus ojos llamaron rápidamente su atención, eran de un vivo amarillo que no era usual en la tribu pero que le dieron mucha calidez. Viéndolo un poco mejor, aquel chico utilizaba una máscara y su rubio cabello había resultado un poco desordenado por la aparente pelea, sus orejas eran puntiagudas por lo que la chica pudo confirmar que sí se trataba de un Lupanis.

-Una chica tan linda no tiene que andar tan tarde por el bosque.

Esas palabras no estaban teñidas de odio ni de maldad, aquella se tranquilizó al saber que lo último que había escuchado antes de desmayarse, habían sido palabras cálidas de su aparente salvador.

Lo único que pudo recordar después fue como aquel muchacho se alejaba para adentrarse nuevamente al Bosque Sombrío, estando allí en sus brazos también pudo fijarse en su rostro, juraría que tras esa máscara que llevaba él sonreía antes de dejarla, y cuando menos lo esperaba su grupo de búsqueda la llevaba con Harlan, el curandero de la tribu. "Creí que moriría" pensaba en ese pequeño trayecto, pero al parecer algo o alguien le había dado una segunda oportunidad, algo había cambiado su suerte definitivamente.

*¡Espero les guste! La re-escribí para un concurso literario:3 le puse mucho cariño*