Llegó el tan esperado viernes y las cosas seguían igual de tensas entre los dos compañeros. Por su lado, Daniel ya había pedido permiso para asistir a la casa de Levi el sábado, pero iba a esperar para decírselo en uno de los recreos donde también aprovecharía para mostrarle sus mapas ya terminados al grupo de chicos. Una vez todos ya reunidos, el joven sacó los mapas y dejó que todos pudieran analizarlos. Estos tenían una calidad impresionante para estar hechos con materiales de bajo presupuesto, los trazos y colores estabas puestos con mucho cuidado, todas las ubicaciones se podían leer con claridad y hasta la tipografía que había utilizado tenía ese toque de fantasía medieval. Absolutamente todos estaban impresionados al ver los planisferios, al punto en el que insistían para poder pagarle a Daniel por ese trabajo tan bien hecho. Sin embargo, él no aceptó la plata, se sentía realizado al ver que hizo felices a los demás, aunque en el fondo sentía que sí debió tomar aunque sea un poco de todo lo que le ofrecieron para poder contribuir un poco en su casa, pero ya era demasiado tarde y no podía hacer nada al respecto. De todos modos lo único que de verdad le importaba era poder ver cómo reaccionaría Levi ante todo esto y, por suerte, lo notó bastante feliz mientras criticaba de manera positiva uno de los mapas junto a Matías, ambos señalaban zonas especificas y especulaban sobre la prolijidad de las mismas. Todo esto lo alegraba demasiado, finalmente lograba tener más amigos que parecían agradarle más allá del favor que les hizo. Aprovechó el tener los ánimos tan altos para poder intentar romper esta tensión tan fuerte que tenía con su compañero de curso. Así que se acercó despacio a Levi y le pidió con algo de miedo a Mati si podía dejarlos a solas, a lo que este aceptó con algo de disgusto.
—Hola... Veo que te gustaron los mapas, me pone muy feliz notar eso. -Dijo con una sonrisa leve.-
—Si... Superaste bastante mis expectativas, no me esperaba algo así. A partir de ahora podés unirte a nosotros si te interesa o algo así.-Respondió sin profundizar mucho y desviando la mirada.-
—Oh! Muchas gracias... Y por cierto, me dieron permiso de ir a tu casa, solo necesito que me pases tu dirección, eso sería todo....
—Perfecto, después te la digo, intentemos hacer la mayor parte del trabajo en los posible, por favor
Daniel asintió una vez y levantó apenas el pulgar para después irse a hablar con los otros chicos. No podía creer nada de lo que estaba ocurriendo, ahora iba a poder sumarse a los juegos de rol aunque no supiera del todo cómo funcionaban, pero estaba dispuesto a aprender con tal de poder disfrutar de algo nuevo donde podría pasarla bien con todos sus nuevos amigos . Más allá de toda esta alegría, en el fondo se sentía ansioso de saber cómo la pasaría al siguiente día junto a Levi. Quizás terminaban el trabajo en menos tiempo del que podrían necesitar y les quedaría al menos unos minutos libres para poder hablar sobre las cosas que les gustaban. Además, Daniel podría aprovechar para preguntarle sobre las campañas de calabozos y dragones que llevaban a cabo, esto con la intención de poder participar en alguna con su propio personaje que él mismo crearía.
Al día siguiente se puso la ropa mejor cuidada que tenía y caminó hasta el hogar de Levi. Le tomó unos buenos minutos llegar y cuando lo hizo, cayó en cuenta de que estaba parado delante de lo que para él sería una mansión. Era una casa enorme y muy elegante, no podía creer lo que veía, estaba emocionado por explorarla de arriba abajo y ver cómo era su familia. Tocó la puerta y esperó unos segundos mientras apreciaba la delicadeza de los detalles exteriores del lugar. Una señorita le abrió y se lo quedo viendo durante unos instantes. Estaba muy bien vestida y peinada, con las manos juntas y viéndolo con curiosidad.—Hola... No tenemos ropa para regalar en estos momentos, lo lamento, querido.–Exclamó en un tono amable y comprensivo con un poco de tristeza.–
—¿Eh? Señorita, soy un compañero de... Levi, él vive aquí, no? Tengo que hacer un trabajo con él.–Dijo con algo de impresión y mostrándole rápidamente las cosas de su mochila para que le creyera un poco más.–