𝐄𝐬𝐚 𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞 𝐞𝐧 𝐂𝐮𝐫𝐢𝐜ó

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Quiero volver a Curicó, ese viernes de mayo, donde la vida se sentía tan sencilla, cuando te tenía de la mano, cuando al verte me sonreías.

Sería nuestra primera cita, o "salida casual" dijimos a la gente. No sabía a dónde me llevarías, te negaste a responderme, solo nos perderíamos de repente.

No era tarde ni temprano, podría decir que eran casi las 7, pero lo nublado del cielo me hace difícil recordar algo sin referente.

Bajamos en esa esquina, la que siempre se solicita, y al cruzar la gran avenida me tomaste de la mano como si fuese una niña, te vi tan fuerte, me sentí tranquila.

Dimos una vuelta entre las tiendas, probé algunas poleras, según tú todo me queda y al pasar también vimos de esa ropita que es pequeña, moríamos de ternura y solo con vernos ya sabíamos que queríamos de esas.

Caminamos un par de cuadras hasta llegar al restaurante, pedimos piezas de sushi y comiendo conversamos, de los limones, de la delincuencia, de lo que en la semana ha pasado, de lo linda que me veía y de cómo te tenía enamorado.

Cruzamos hacia la iglesia, con ese aire sagrado, dijimos a Dios cuánto nos amamos y ahí juramos que nos habíamos casado.

Llegamos a la plaza pegaditos de la mano, riendo y bromeando de nuestro compromiso recién consumado, el beso a la novia lo practicaste en cada farol por donde pasábamos.

Fuimos hacia una banca, y ahí me tenías abrazada, casi veíamos las estrellas, pero las palmeras no ayudaban. Y entre el ajetreo nocturno de la ciudad estábamos nosotros sentados en paz.

Ya se nos hacía tarde, nuestro escape ya no estaba tan apaciguado. Tomaste mi mano y me dijiste que no importaba si un minuto se nos pasara, porque para ellos sería solo eso, pero para ti un minuto conmigo nada lo pagaba.

Me abrazaste por la cintura y dijiste exactamente "No me canso de decirte que te amaré para siempre, estoy seguro desde que nos conocimos, sé que el destino eso tiene en mente."

Caminando tranquilos, yo teniéndote conmigo, sentí real tu "para siempre", hasta olvidé que podía perderte. Vagando entre la gente, nuestro amor, como tangente, marcaba paso en un camino sin dirección.

Pronto todo eso acabó, ahora amordazo el dolor, para mí siempre será "esa noche en Curicó".

Fiorella Roux 🌹.

𝓟𝓸𝓮𝓶𝓪𝓼 𝓭𝓮 𝓪𝓶𝓸𝓻 𝓭𝓮𝓼𝓭𝓮 𝓮𝓵 𝓭𝓮𝓼𝓿𝓮𝓵𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora