Universo alterno en el que Han Jisung es el amigable vecino hombre araña, y Minho es un periodista que hará todo lo posible para desenmascarar la identidad verdadera del famoso spiderman.
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Jisung's pov.
Mis ojos se abren de par en par y muy perezosamente, siento una punzada en ellos cuando la luz de la lámpara me azota el rostro. No me es necesario hacer mucho esfuerzo para reconocer mi propia habitación, ¿cómo llegué aquí?
Me remuevo sobre mi cama, apoyándome sobre mis codos para recostarme en la cabecera, y, antes de que la puerta sea abierta, mi sexto sentido me advierte de un posible intruso.
—Me tomé la libertad de preparar algo para tí— Minho se asoma por un rincón de la puerta, primero mostrando la bandeja de madera que traía consigo. Detengo mi mirada sobre él unos segundos, tratando de recordar la máxima información posible de lo sucedido antes de caer dormido. No creo que Minho sea lo suficientemente demente como para administrarme droga sin mi consentimiento, al menos eso quiero creer.
Aclaro mi garganta antes de hablar. —Me desmayé en la cafetería.
—Lo hiciste— Con cuidado se acerca a mí y deja la bandeja sobre mi regazo. Bajo mi mirada al cuenco humeante lleno de sopa de pollo y verduras. —Aparentemente estás algo débil, ¿te estás alimentando bien? Creo que tus defensas están bajas.
—¿Eres doctor o algo así?— Con recelo, lo veo tomar asiento al lado mío. Se ha deshecho de su abrigo elegante, tiene una camisa blanca con las mangas subidas hasta la mitad de sus antebrazos. Parece que se ejercita también, luce bien. Si Jeongin estuviera aquí, probablemente ya habría tirado una broma fuera de lugar.
Quito mis ojos de encima suyo.
—Solo me preocupo por tí. Tenías algo de fiebre hace unos minutos, ¿cómo te sientes ahora?
—¿Jeongin te dejó pasar?
Sube sus ojos y me sonríe de lado. —Lo soborné con una caja de cigarros.
Peino mi cabello hacia atrás y río de incredulidad, ¿cómo no pensé en eso? —En realidad pudiste haberlo sobornado con un cigarrillo a medio calcinar.
—Lo tendré en cuenta en el futuro— me responde rápidamente. El taco de su zapato resuena en el suelo antes de levantarse y empezar a caminar en círculos por la habitación. Su sonrisa se había desvanecido para darle paso a una expresión un tanto preocupada, mientras que sus brazos se mantenían cruzados sobre su pecho, provocando que su camisa se ajuste sobre sus pectorales. Y creo que yo regresioné a esa etapa en la adolescencia en la que tenía las hormonas alborotadas. —Ustedes... No son novios, ¿verdad?
Frunzo el ceño ligeramente tras su pregunta.
—No— Tomo la cuchara de metal y empiezo a revolver el caldo para enfriarlo. —Jeongin es solo un idiota con mucha imaginación y demasiado tiempo libre. ¿Esto tiene apio?
—Lo tiene.
Asiento y tomo el cuenco para dejarlo sobre mi mesilla de noche.
—Soy alérgico al apio— Es una gran mentira, pero no me arriesgaré a salir drogado nuevamente.
