El día amanece en Tokyo con una quietud ominosa, como si el universo mismo estuviera conteniendo el aliento antes de un gran evento. En el modesto apartamento de Shigeru Miyamoto, la luz del sol apenas se filtra a través de las cortinas, proyectando sombras danzantes en las paredes mientras el joven se despierta con un nudo en el estómago.
Con un suspiro, Shigeru se levanta de la cama y se viste con una mezcla de resignación y determinación. Sabe que enfrentará otro día en la escuela, otro día de tormento y humillación a manos de sus compañeros de clase.
La escuela Meiko Yen espera como un campo de batalla, y Shigeru lo sabe desde el momento en que pone un pie en el patio. Las miradas burlonas y los susurros hirientes lo siguen a cada paso, como sombras acechantes que se alimentan de su dolor.
Pero a pesar de la tormenta que se avecina, Shigeru se aferra a una chispa de esperanza en su interior. Sabe que no está solo, que hay personas que lo apoyan y lo defienden, incluso cuando él mismo duda de su valía.
En clase, las cosas no mejoran. Los murmullos y las risas lo persiguen, llenando el aire con una tensión palpable que amenaza con ahogarlo.
"¿Has oído lo que le pasó a Miyamoto?" susurra un alumno a otro. "Dicen que su padre..."
Las palabras se pierden en la confusión de la clase, pero Shigeru escucha lo suficiente para sentir el veneno de la verdad retorcerse en su estómago. Trata de ignorarlo, de enfocarse en la lección frente a él, pero es como tratar de contener un río con las manos desnudas.
Cuando finalmente suena el timbre, anunciando el final del día escolar, Shigeru se levanta de su asiento con el corazón pesado en el pecho. Sabe que la pesadilla no ha terminado, que todavía tiene mucho que enfrentar antes de que pueda encontrar la paz que tanto anhela.
Fuera de la escuela, los matones lo esperan en la sombra de un callejón oscuro, sus ojos brillando con malicia mientras Shigeru se acerca con precaución.
"Esto no ha terminado," murmura uno de ellos, su voz un susurro amenazante en la oscuridad.
Shigeru se detiene, su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras se prepara para enfrentar a sus acosadores una vez más.
La tensión en el aire es palpable, como la calma antes de la tormenta. Shigeru sabe que está en peligro, que cualquier paso en falso podría llevarlo a un abismo del que no podrá escapar.
Con un último vistazo a sus acosadores, Shigeru se da la vuelta y corre, su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras la oscuridad lo envuelve como un manto frío y húmedo.
En su apartamento, Shigeru se sienta en su cama, su mente girando con pensamientos oscuros y sombríos. Sabe que no puede seguir viviendo así, en constante miedo y ansiedad, pero no sabe cómo escapar de la trampa en la que se ha encontrado atrapado.
Una voz suave lo saca de sus pensamientos, y Shigeru levanta la mirada para ver a su madre parada en la puerta de su habitación, una expresión de preocupación en su rostro.
"¿Estás bien, Shige?" pregunta ella, acercándose con cautela.
Shigeru asiente con la cabeza, pero su voz se atasca en su garganta cuando intenta responder. No puede encontrar las palabras para expresar la tormenta que está arremolinando dentro de él, la sensación abrumadora de estar atrapado en un mundo que no entiende.
Su madre se sienta a su lado, poniendo una mano reconfortante en su hombro. "Sabes que siempre puedes hablar conmigo, ¿verdad?"
Shigeru asiente con la cabeza, dejando que las lágrimas finalmente caigan por sus mejillas mientras se sumerge en el abrazo reconfortante de su madre. Sabe que no está solo, que tiene a alguien en quien puede confiar, incluso en los momentos más oscuros.
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異なるが同じ (Diferentes pero iguales)
Storie d'amoreEn las bulliciosas calles de Tokyo, dos jóvenes, Takeshi Kitano y Shigeru Miyamoto, se encuentran en circunstancias inesperadas. Takeshi, un apasionado cocinero en el restaurante de su madre, y Shigeru, un tímido estudiante con un talento oculto par...