Título: Capitulo ll

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Emerson dijo, “Todo son adivinanzas y la clave de una adivinanza es otra adivinanza”.




Dejé caer mi teléfono sobre la cama, no podía respirar correctamente después de escuchar la voz de Alan al otro lado. Retomé la compostura, necesitaba tomar orden en mi vida, no podía seguir desbaratando mis emociones hasta consumir me en la oscuridad que aquel capítulo trajo a mi vida.

Caminé hasta el baño para encender la regadera con agua caliente, me despojé de las prendas mojadas entrando hasta sentir el agua abrazar mi piel hasta calmarme por completo. Llevé mis manos hasta enredarlas en mi cabello oscuro, masajeando para eliminar la tensión lentamente.

Cerré los ojos unos segundos, siempre me imaginé lo bonito que podía ser Duskwood, un pueblo cerca del bosque donde se conocen todos y el ambiente es fresco, las personas con un carácter agradable. Con honestidad, la idea de visitar el aurora siempre cruzó por mi mente luego de que Phil me invitara, esperaba en algún momento visitar a todos, pero el como me recibirían era lo único que detenía mis pasos.
Salí unos minutos después de la ducha, optando por un conjunto cómodo al clima helado que se avecinaba con la lluvia, me senté en mi escritorio encendiendo el ordenador y tomando el teléfono en mis manos. Sin pensarlo más regresé la llamada.

El pitido del contestador comenzó a sonar, una vez, dos veces, suspiré alejándome del móvil para cortar la llamada.

— Pensé que no sabría nada de ti, es agradable saber que escuchaste mi mensaje. — me detuve en seco poniendo el altavoz, sonreí con la calidez que me brindó escuchar una voz familiar.

— No siempre puedes escuchar la voz del maravilloso sheriff de Duskwood. — Dije en un tono bromista. — ¿A qué debo el honor, Alan Bloomgate?.— Pregunté acabando con aquella intriga que solo crecía.

— Es bastante grato escucharte, siempre pensé que tenías una voz hermosa. — Ese cumplido arrancó un sonrojo en mis mejillas, ese policía siempre había sido un coqueto. — Tengo una propuesta bastante interesante.

— ¿Me invitarás a salir?, no sabía que sentías eso por mi, Bloomgate.— Solté, me acomodé sobre la silla con las rodillas pegadas a mi pecho, recostando levemente mi cabeza para escucharlo con atención, pude escucharlo reír conmigo y los colores comenzaron a tomar vida en mi.

— Hace poco encontré tus archivos en una de las bases de datos. — Abrí los ojos con sorpresa, creí que me había alejado de los problemas, aquí me ven entrando nuevamente a la boca del lobo. — Ahora eres perfiladora y estás en fila para algún programa de la policía. — Su voz sonaba orgullosa, logré respirar nuevamente.

— Exactamente, mi estimado, ¿A qué quieres llegar?. — Comencé a abrir el buscador para entretenerme con algún vídeo en youtube, un ASMR por ejemplo.

— Te necesito, luego de que ayudaste a cerrar el caso del hombre sin rostro muchas cosas buenas pasaron tanto en el pueblo como en mi carrera. — Alcé las cejas, estaba siendo una buena influencia por primera vez en mi vida. — Quiero reclutarte como consultora del departamento de investigación, la cede es en Duskwood, ¿Qué opinas?.— Aquella propuesta me había tomado por sorpresa definitivamente, parecía que todo se movía como un juego de ajedrez y las piezas comenzaban a caer en su lugar.

— ¿Hay algo más que deba saber?.— Buscaba hacerme la misteriosa, por dentro estaba gritando como loca.

— Te daré todos los detalles una vez estés aquí mañana. — Aquella seguridad con la que contaba con mi presencia me convenció, además recordaba que me debía un café.

No tenía mucho que perder, estar en la ciudad estaba consumiendo cada gota de vida en mi ser, aunque volver a Duskwood podría alterar muchas cosas, necesitaba ese cierre sobre todo lo que aquel caso había causado en mi vida. También quería probar el café.

— ¿Pero me vas a pagar el viaje?.— Cuestioné dándole la respuesta que sabía ya había dado por sentada.

— Claro, tu vuelo sale a las 8 de la noche, tienes unas. — Pausó la frase, voltee a ver como loca la pantalla de mi ordenador. — tres horas para empacar, te espero en el aeropuerto, tengo que presentarte a alguien más. — Dijo con despreocupación mientras me levantaba rápidamente de mi lugar.

— ¿A tu mamá?, ¿No crees que estamos yendo muy rápido?

— Nunca es demasiado pronto cuando le presentas a una chica bonita como tú. — Me dijo haciéndome reír desde mi lugar. — Nos vemos luego, Eli.

— Nos vemos luego, Alan. — Sonreí acercándome para terminar la llamada, siendo interrumpida unos segundos antes.

— Por cierto, te debo un café, así que es una cita. — Podía descifrar la burla en su tono, negué con la cabeza maldiciendolo en diferentes idiomas antes de colgar.

Suspiré volteando a ver mis maletas, tenía que comenzar a empacar para estar e el aeropuerto a la hora que me había dicho, sabía que no era un viaje demasiado largo, agradecía lo del avión porque ir en auto me tomaría 8 horas y el camino al pueblo me causaba náuseas por tantas curvas.

Elegí la ropa mas cómoda y otra elegante, no me olvidé de pequeños detalles que en mi pequeña investigación con los chicos conseguí pensando en ellos, realmente esperaba que mi desaparición y la falta de contacto no arruinara lo que fue el trauma y las noches sin dormir buscando respuestas para encontrar a Hannah.

Una vez todo estaba empacado, di una última vista al apartamento, estaba vacío. Me senté sobre la cama dando un pequeño suspiro, realmente no me había dado cuenta de lo deprimente que se había convertido mi vida, atrapada e cuatro paredes después de esa gran perdida. Ya había pasado tiempo de la última aparición de Jake y cada parte de mi cuerpo seguía creyendo que en cualquier momento volvería.
Me sentía usada, desechada como cualquier basura, arriesgué mi vida siendo perseguida por organizaciones y bajo amenazas para salvar a una persona que no conocía y luego ser eliminada del mapa de la misma forma en la que entré a sus vidas. La soledad podía arrastrarme en el suelo cada noche mientras pensaba en todo el tiempo que compartí con los chicos, ¿Qué quedaba de mí?, se llevaron una parte que no volverá nunca.

Guardé mi equipo en una maleta especial que llevaría en manos, no me confiaba en dejar cosas tan valiosas a la sensibilidad de cualquiera. Tomé mi abrigo, cubriendo mi cuerpo con este por las incesantes lluvias que decoraban aquel paisaje en la ciudad, con faroles brillantes, el bullicio de los autos en medio del tráfico y las personas corriendo a buscar una sombra de aquella tormenta. No extrañaría aquel lugar, había dejado de ser mi hogar muchísimo tiempo atrás.

Subí las maletas a mi auto, comenzando mi travesía hasta el aeropuerto que quedaba a tan solo unos minutos de donde vivía. Aproveché a pasar por algo de comida debido que en todo el día no había probado bocado alguno, retocando con suavidad el maquillaje en mi rostro para no verme tan demacrada como parecía. Llegué 30 minutos antes del vuelo, tiempo que me dió para hacer tramites sobre mi auto, haciéndome saber que estaría llegando a Duskwood un día después que yo me instale.
Todo estaba en orden, me senté a esperar con los audífonos puestos para mantener la calma y alejar todo esas voces de personas a mí alrededor, el nerviosismo que recorría mi espina dorsal era algo de otro mundo, podía sentir mi corazón salir de mi pecho en cualquier momento.

Dejé de lado aquellos pensamientos intrusivos fijandome en la hora que marcaba el reloj, me levanté inmediatamente tomando mis maletas para  dirigirme a mi vuelo, sin marcha atrás.


Speechless || Duskwood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora