once.

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ÚLTIMAMENTE LOS DÍAS HAN ESTADOS cargados de trabajo. El resto de las chicas y yo nos hemos estado rolando turnos y trabajando horas extras para cumplir con todas las citas que teníamos agendadas, más aparte las sesiones que iban saliendo conforme a los días.
Lo único que anhelaba era que está semana terminará para poder tocar mi cama y no despegarme en mucho tiempo de ella.

Necesitaba recuperar mis horas de sueño.

Me encontraba tomándome un breve descanso, ya que dos chicas estaban atendiendo a sus pacientes y mi cita no llegaría hasta dentro de una hora. Una hora que valía demasiado para mí en estos momentos.
Apoyaba mi cabeza en mi manos mientras mis codos repozaban en la mesa de la pequeña recepción que teníamos. Estaba agotada y moría de hambre.

— Hola Sofi.— escuché la voz de Daniel y de inmediato levanté la vista.— Vaya, te ves cansada.— expresó al verme.

— No solo me veo. Lo estoy.— solté un suspiro. Hacia un enorme esfuerzo para verme lo más presentable posible, pero olvidaba tapar esas pequeñas ojeras que empezaban a aparecer.— Dios, solo quiero esta semana se termine ya.

— Descuida, acabará pronto. Me dijiste que solo tenías una cita y terminarías por hoy ¿no es cierto?.— asentí con la cabeza.— ¿Ves? No todo es malo.

Sonreí a medias, con la energía que tenía por el momento en mí.— Gracias.— le dije.— Dan, me harías un enorme favor.

— Si, dime.

— ¿Me traerías algo de la máquina?.— pedí casi desesperadamente.— Juro que me muero de hambre.

— Claro, te traeré algo.

Pasaron cerca de veinte minutos cuando él ya estaba de regreso con un vaso de café en sus manos.

— Aquí tienes linda.— se acercó a mí entregándome la bebida.

— Gracias.— dije un poco sonriente porque no soy de tomar café pero tampoco quería ser grosera con él por su buena intención.

Dí un sorbo con muchísimo esfuerzo.

Dios, tendré un dolor de cabeza enorme.

Daniel se dió cuenta que no estaba disfrutando de la bebida así que no dudo en preguntarme:

— ¿Está bien?

— Si. Si.... es solo que no tomó café.— respondí. Inmediatamente su rostro cambió a uno apenado.— Pero, está bien, supongo que puede ayudarme.

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⏰ Última actualización: Jun 21 ⏰

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Inolvidable / Kevin Álvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora