Una noche de fiesta cambia por completo la vida de dos personas que se vuelven a ver después de mucho tiempo.
Uno con la esperanza de poder abrirse de nueva cuenta al amor y el otro con miedo de entregar su corazón equivocadamente.
¿Será correcto de...
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MI VUELO LLEVABA UN PAR de minutos retrasados. Según la chica del mostrador tenía que ver con la carga del combustible del avión y teníamos que esperar a que todo estuviera en orden. En ese preciso momento pensé que hubiera estado mejor en irme por carretera, pues estás situaciones solamente alimentaban a mi miedo de viajar por avión. Pasado ese tiempo de espera, finalmente llegó el momento de abordar. Una vez en mi asiento me coloqué mis audífonos para escuchar mi playlist durante el vuelo. Hora y media después ya había arribado a la Ciudad de México. Ya con mis maletas tomé camino hacia la salida, pues así había acordado con Paola. Me pareció extraño no verla en la puerta de “llegadas” del aeropuerto, hasta que logré visualizarla llegando corriendo hacia a mí. Sin dudarlo me recibió con un cálido y apresurado abrazo.
— Me alegra verte otra vez.
Nos separamos.
— A mi también, ya te extrañaba.— le dije.
— Igual yo. No voy a dejar irte en mucho tiempo.
Ambas reímos.
Nos dirigimos al estacionamiento donde había dejado su auto y salimos rumbo hacia el departamento que había conseguido para empezar esta nueva etapa en mi vida. Veía por la ventana el movimiento de la ciudad alumbrada por los edificios, la gente paseando y los coches transitando por la carretera. Todo esto no tenía nada que ver con Pachuca, allá todo es más tranquilo y sin tanto movimiento; o por lo menos así era en dónde vivía.
Había terminado mi carrera en medicina, especialmente como fisioterapeuta. Surgió la posibilidad de poder ejercer en un hospital infantil en Ciudad de México. En el momento que yo me enteré que había sido contratada, me puse en buscar lugares para residir. Encontré un departamento que cumplía perfectamente con las expectativas y necesidades que yo buscaba. Me quedaba cerca del trabajo, era espacioso y el alrededor era tranquilo.
Entre las dos subimos las maletas al piso donde quedaba mi nueva casa. Introduje la llave en la puerta para después ver el interior del departamento. Obviamente aún faltaban algunas cosas que comprar, el camión de la mudanza venía en camino con todos los muebles grandes. Poco a poco el lugar iría tomando forma.
— Vaya que si es espacioso Sofi.— me dijo Paola mirando hacia alrededor. Yo solo asentí.— ¿Dónde se supone que es tu habitación?
La guíe hacia donde se encontraba la habitación principal. No hace falta decir que la vista desde la ventana era impresionante. Este espacio, ya con mis cosas, se verá bastante bien. Seguíamos recorriendo el lugar para empezar a familiarizarme con el apartamento. Recibí un mensaje que la mudanza llegaría pronto.
