—¿Y bien? —la mujer rubia que lo había estado persiguiendo toda la semana en la oficina volvió a plantarse frente a su escritorio. —Todos en la oficina han confirmado su asistencia a la fiesta de esta noche. Todos menos tú, Uchiha.
—No he cambiado de parecer. El Año Nuevo Lunar lo celebro siempre con mi familia.
—¿Cuál familia? —la mujer testaruda se negaba a ceder. —Shikamaru me dijo que no estás casado.
—El Embajador Nara —señaló respetando la jerarquia de quien le había ayudado a obtener este empleo. —Él está al tanto de que mi madre está a mi cuidado. No tengo esposa, pero si una hija.
—Lo lamento —por primera vez desde su llegada, la rubia lamentó invadir la privacidad de uno de los empleados de la Embajada.
—¿Qué estás lo que lamenta, señorita Sabaku?
—Lo que sea que le pasó a la madre de su hija —era un pésame espantoso, pero Sasuke Uchiha no estaba dispuesto a explicarle toda la situación a esta mujer desconocida que habia llegado a voltear de cabeza la oficina en la que trabajaba.
—Yo también —respondió sincero. Lamentaba todos los malos entendidos que había ocasionado.
—¿Es difícil criar a la pequeña solo? —al parecer, la señorita Sabaku es de esas personas que odian el silencio. Lo odia tanto que ell misma se encarga de desaparecerlo.
—Esa pregunta la podría responder mejor su madre —cualquiera creería que Sasuke Uchiha tenia una mente retorcida que echaba a andar su imaginacion para parecer el sujeto más misterioso en la habitación; en realidad solo era un flojo que preferia no explicarse, y hablaba siempre de manera escueta, como si su interlocutor tuviera conocimiento pleno del tema. —Yo intento estar tan presente como me es posible, pero también respeto su espacio. Tiene todo el derecho del mundo de establecer límites entre nosotros.
La funcionaria prefirió detener su interrogatorio. Se despidió del único empleado que no había logrado convencer de asistir a la fiesta.
—Es extraño verle confundida, señorita Sabaku.
—Sasuke Uchiha acaba de rechazar otra vez la invitación a la fiesta de la oficina —suspiró. —Pero eso no es extraño. Lo extraño fue el argumento qué me ha dado. Dice tener familia, pero no esposa. Aun así, la madre de su hija sigue viva.
—Así que finalmente ha escuchado de los amantes trágicos. —La castaña sonrió melancólica. Luego recordó que estaba expresándose en voz alta. —Por favor, no le diga al señor Uchiha de ese sobrenombre —la joven tapó con sus dos manos su propia boca.
—¿Podrías explicarme mejor de que va esto? Acabo de darle el pésame a ese pesado para después enterarme de que la mujer sigue viva.
—Desconozco la primera parte de la historia, pero se que el señor Uchiha y la Doctora Haruno se enamoraron hace muchos años, durante un viaje que realizó ella a Japón. Por alguna razón perdieron el contacto, pero ella estaba embarazada cuando regresó a América. Cuando se reencontraron, él comenzó a formar parte de la vida de su hija; a pesar de ello, ellos nunca se casaron.
—Haruno... ¿Hablas de Sakura?
La secretaria del Embajador asintió. —La Doctora Sakura Haruno. ¿Usted la conoce?
La diplomática negó con un gesto de cabeza. —Sólo he escuchado maravillas sobre ella. Naruto Uzumaki habla de ella muy seguido, tengo entendido que es la madrina de sus hijos.
—También es amiga del señor Nara. No son tan cercanos, pero tienen una relación cordial. —La secretaria percibió como la mirada de la mujer se tornó opaca. —Nada que deba preocuparle.

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Soradaddo
FanfictionHace mucho tiempo, vivió dentro de una jaula de oro. Bajo el cuidado de su dulce madre, su hermano mayor y él aprendieron los hábitos de su despiadado padre. Se sintió más cuervo que hombre. Se olvidó de cómo dar amor. Solitude, era el nombre de su...