Capítulo 6.

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Cuando llegué al castillo, por primera vez, sentí a Lady Dimitrescu más distante de lo normal.

Me encontraba limpiando uno de los pasillos cuando Daniela apareció.

-Hola Camila.

-Hola Daniela, ¿cómo estas?-Le pregunté levantándome del suelo para hablar bien con ella. Aún no me acostumbraba a que fuese más alta que yo...

-Bien Camila, ¿cómo te fue con mi tía Donna?

-Muy bien de hecho, es agradable.

Ella se me quedó viendo, parecía analizar algo.

-¿Qué tan bien te llevaste con ella?

-Bastante bien diría yo, ¿por qué?

-Mmm, a madre no le gustará esto...Por cierto, ya que la mencioné, me mando a buscarte.

-¿Hice algo malo?-Pregunté preocupada.

-No creo, acabas de regresar.

Daniela me guío hasta los aposentos de la dama, nunca había entrado. Más de una vez me dio curiosidad saber como era su cuarto, pero me faltaban los ovarios para entrar sin permiso. Y aquí estaba yo, en frente de la puerta de la matriarca de la familia junto a su hija menor.

Daniela entró al cuarto sin tocar y me tomó de la muñeca al ver que no quería entrar.

-Madre, aquí está.-Dijo empujándome haciendo que casi cayera de cara en el suelo.

-Gracias hija, puedes irte.

Daniela se fue dejándome sola con la dama.

-Acércate Rebeca.-Me dijo, a lo que rápidamente me acerqué con la cabeza baja.

Ella levantó mi mentón con su dedo índice.

-Quiero hablar contigo de algo importante, necesito que te sientes.

Ella señaló uno de los sillones frente a ella, me senté. Pensaba en las múltiples maneras en las que podía morir en ese momento, y una de esas era un paro cardiaco.

-Sé que has venido hace apenas unas horas, y que sólo has pasado una semana conmigo aquí en el castillo. Pero, ayer cuando te recibí, sentí un olor muy diferente en ti.

-¿Un olor diferente?-Repetí confundida, estaba segura de que me había perfumado antes de subir al carruaje, así que no habían probabilidades de que tuviera mal olor...

-Sí. El olor de Donna.-Dijo severamente levantándose de su asiento. Pasó por detrás mío, escuché como abría y cerraba cajones.

Estuvo en frente de mi en unos segundos, volvió a sentarse. Esta vez tenía algo en sus manos.

-Desde que te fuiste con Donna, debo admitir que no me gustó que te quedaras con ella durante más tiempo del acordado. Mi hermana puede jugar sucio cuando algo que le gusta esta siendo compartido. Lo noté en Angie cunado llegué a traerte el Domingo.

-¿Quiere decir que ella...?-No pude terminar de hablar ya que me interrumpió.

-Ella cree que eres de su propiedad, si, estuvo enferma. Pero aprovechó para dejar su polen en tu ropa y pertenencias.

-Si le soy sincera...sigo sin comprender...-Era verdad, aún no entendía nada. ¿Quiere decir que Lady Beneviento estaba "peleándose" con Lady Dimitrescu por mi? ¡Que galán fuera que eso pasara! Ni en mis sueños tendría tanta suerte.

-Cierra los ojos.- Ordenó severamente.

Eso me daba muchas malas ideas, unas sonaban bien, pero otras no...¡No quería hacerlo! ¿¡Porqué haría semejante cosa?!

¿Suerte o Coincidencia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora