-Daniela...sal de aquí...por favor, ¡quiero dormir!- Le susurré a Daniela.
La pelirroja había entrado a mi habitación a altas horas de la noche. Estaba en mi cama acurrucada como un cachorro a mi lado.
-Déjame quedarme...-Susurró aferrándose a mi.
-D-Daniela...quítate...-Dije empujándola un poco para que se separara de mi.-¿Por qué quieres quedarte en primer lugar...?
Daniela salió de las sábanas, apoyó su cabeza en mi pecho y levantó la mirada.
-No puedo dormir...-Susurró. Un sonrojo apareció en sus mejillas, avergonzada por su revelación.
-¿Qué pasó? ¿Una pesadilla?
-Sí...
Suspiré y dejé que se acomodara junto a mi.
-Intenta dormir Daniela...
Daniela ocultó su rostro en el hueco de mi cuello y me abrazó. Acaricié su cuero cabelludo para que lograra dormirse.
-Trata de descansar Dani...-Susurré.
Escuché como su respiración comenzaba a calmarse de a poco hasta tal punto de quedarse dormida al instante.
Comencé a cerrar los ojos de a poco hasta que me dormí.
A la mañana siguiente, mi amiga me despertó. Daniela ya no estaba en la habitación cuando abrí los ojos.
-Buenos días, bella durmiente.-Dijo con una sonrisa.
-Buenos días...-Dije con voz soñolienta levantándome de la cama.
-Oye, vinieron a dejarte esto.
Mi amiga puso en mi regazo un paquete bien envuelto.
-¿Y esto? ¿Quién lo mandó?
-No sé, Lady Daniela vino y dijo que te lo enviaban.
Tomé el paquete en mis manos y lo revisé con la mirada para ver si tenía el nombre de quien lo mandó. Y de hecho, lo tenía. Karl. H.
-¿Karl H?- Dije ladeando la cabeza.
-Ábrelo a ver que hay dentro.- Dijo sentándose a mi lado para abrirlo junto a mi.
Rompí el papel que envolvía el paquete, era una especie de tela bastante suave, adentro había una nota que mi amiga tomó de inmediato.
-¿Qué dice?-Pregunté.
-Dice: "Para que lo disfrutes, hermosa." Que tipo más raro.- Dijo dándome la nota.
-Es cierto...¿crees que debería de informar a Lady Dimitrescu?
-Yo creo, dudo que le guste que le manden regalitos a su mascotita.- Dijo con burla.
-No me llames así, te lo advierto.- Le dije severamente frunciendo el ceño.
-Bien, bien, me callo.
-Por cierto, ¿qué horas son?
-Como las siete de la mañana, ¡Lady Dimitrescu nos permitió levantarnos tarde durante el resto de la semana!
-¿En serio? Que sorpresa.
-¡Sí! Desde que eres su mascota ha estado un poco más...tranquila y ahora no nos presiona con las tareas.
Eso me sorprendió más de la cuenta.
-Por cierto, ¿qué es esa cosa?- Preguntó señalando la tela que venía en el paquete.
Me levanté de la cama y lo tomé, lo estiré para ver bien que era.
Era un vestido corto, demasiado corto, escotado y sin mangas. ¿Quién se creía este hombre para enviar algo como eso?
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¿Suerte o Coincidencia?
RandomEsta historia la creé en dos cuentas diferentes que perdí. (como siempre) Pero, con esta cuenta no será lo mismo. ¡Besos! -❤️❤️❤️ Donna Benviento x Autora. Me pareció que tenía mucha más química con Donna que con Lady Dimitrescu jajaj.