Capítulo 8.

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Eran casi las cinco de la tarde, me encontraba caminando por la sala principal sin nada que hacer. Lady Dimitrescu había salido a una reunión de esta tal Madre Miranda. Aún no sabía quien era esa mujer en realidad. La curiosidad era poca como para querer ponerme a investigar.

Me apoyé en una de las muchas ventanas de la sala viendo hacia el exterior. Deseaba ver de nuevo a mi familia. Deseaba poder salir de nuevo...Pero, lamentablemente, no podría hacerlo de nuevo.

A lo lejos vi una silueta en el portón para entrar al castillo. Logró pasar el portón y se quedó parado en la parte de enfrente. Llevaba una chaqueta gruesa color verde, unos pantalones negros, botas negras y una gorra azul.

Me le quedé viendo durante un momento tratando de encontrar la manera de ver su cara. Cuando el hombre se volteó, sentí como mi corazón se aceleraba...

Era mi papá.

La ventana no estaba tan lejos del suelo, podía abrirla y saltar desde ella.

Pero algo dentro de mi hizo que no lo hiciera...

Él desapareció un momento de mi vista y escuché los toques insistentes en la puerta... No podía estar pasando...

Una criada salió rápidamente a abrir la puerta. Noté a las tres hermanas Dimitrescu arriba de las escaleras con las sonrisas en sus rostros.

Sentí un jalón en mi camisa, era Daniela que me llevó a donde estaban sus hermanas.

-Oigan, ¿quién creen que será?- Preguntó Daniela.

-No tengo la menor idea, pero va a morir ahora.- Respondieron las otras dos al mismo tiempo.

La criada que fue a abrir la puerta, dejó entrar a mi papá. 

-Disculpe señorita...estoy buscando a mi hija...está desaparecida...

En su tono sabía que estaba preocupado por mi...eso hizo que me dieran ganas de llorar.

Talvez fue obra del destino o de la mala suerte. Pero Rosimar apareció en escena.

-¿Rosimar?- Dijo mi papá mirándola confundido y sorprendido.

-¿Don Will? ¿Qué está haciendo aquí?

Mi papá se acercó a ella y la tomó de los hombros con fuerza.

-¿¡Donde está mi hija!? ¡Maldita mocosa!

Eso nos sorprendió a todas.

-Ese hombre cosa...-Gruñó Cassandra.- Como se atreve a tocarla...¡lo voy a matar!

No tardó nada en abalanzarse sobre mi papá y lo tumbó en el suelo.

-¡No se te ocurra tocarla de nuevo maldito mortal!- Gritó golpeándolo múltiples veces.

-¡Cassandra detente!

Rosimar se acercó a ella rápidamente para tomarla de los brazos desde atrás. Yo bajé a pesar de las protestas de Daniela y sus intentos de detenerme tomándome de mi ropa.

-Carajo...-Murmuró él tratando de pararse. Tenía un gran arañazo en su ojo izquierdo y un morete en su mejilla derecha.-¿Qué te pasa mocosa?- Preguntó enfadado.

-Maldito mortal...-Dijo Cassandra aún siendo sujetada por Rosimar.

Me acerqué a él para ayudarlo a levantarse.

-Papá, es suficiente...No sigas.- Le dije pasando uno de sus brazos sobre mis hombros para levantarlo del todo.

 Gracias a Dios mi papá era algo pequeño en estatura y yo le pasaba por unos cuantos centímetros.

¿Suerte o Coincidencia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora