Capítulo 10.

86 11 6
                                    

Me estrellé contra la puerta de madera al deslizarme por correr demasiado rápido. Pero ese golpe fue suficiente para que se escuchara por toda la casa.

-¡Mamá! ¡Papá!-Grité golpeando la puerta repetitivas veces.

Esta se abrió de golpe dejando ver a mi madre con cara asustada. Solo me vio y me abrazó con fuerza.

-¡Estás aquí!-Dijo mientras sollozaba.

Mis hermanas aparecieron a los segundos e hicieron lo mismo que mi madre.

Sentir sus brazos a mi alrededor fue lo mejor del mundo. Los había extrañado mucho.

-¿Estás bien mi amor?-Preguntó mi madre revisándome a lo que solté una carcajada.

-Estoy bien mamá. No me pasó nada.-Dije con una sonrisa.

-Me alegra...¿Qué es esto?-Preguntó tocando el collar que llevaba.-¿No es este el escudo del castillo en el que tu padre te vio? ¿Ahí estuviste todo este tiempo?

-Sí...

-¿No te hicieron nada? Dime que no habían hombres en ese lugar por favor...

Si tan solo supieras mamá.

-No mamá, gracias a Dios no había ningún viejo verde rondando. A parte de papá, que llegó de imprevisto. -Dije con una sonrisa.

-Estábamos preocupados por ti...¿Cómo fue que llegaste a perderte así?

-Decidí regresar caminando...papá se metería en graves problemas si intentaba entrar al castillo Dimitrescu, llegué a una Iglesia y...bueno, pasó lo que pasó.-Dije con una sonrisa.

-¿Dimitrescu?

-Es el apellido de las que viven en el castillo. Les daría un paro si las vieran.

Pasé con ellos durante horas, mis hermanas me cocinaron creyendo que había pasado días sin comer, cuando verdaderamente me alimentaba mejor que todos ellos. Mi hermana me revisó el cuerpo para estar completamente segura de que no tenía ningún golpe. 

-Sigue sin cicatrizar...-Dijo mientras miraba aquella herida en forma de X al lado izquierdo de mi pecho.

-Desgraciadamente.-Dije tomando mi camisa y poniéndomela.

-Aún no entiendo por que hiciste eso.

-Ya te lo dije Ale, son cosas mías, fue estúpido, lo sé. No lo volveré a hacer.-Dije cruzándome de brazos.

-Eso dijiste cuando fueron las cortadas de tu muñeca y seguiste con eso. ¿Qué sigue? ¿Tu abdomen?

Estuve a punto de responder cuando mi mamá entró al cuarto.

-Está aquí.-Dijo para salir.

-¿Qué quiere decir?-Pregunté a mi hermana.

-Vamos.-Dijo.

Mi hermana salió y yo la seguí.

Sentí mi alma abandonar mi cuerpo cuando vi a aquella mujer rubia hablando con mi hermana mayor.

Tomé a Alejandra del brazo y la empujé hacia la cocina que estaba justo al lado.

-¿¡Qué te pasa...-Tapé su boca con mi mano.

-¿Qué hace esa mujer aquí?-Pregunté seriamente.

Ella apartó mi mano.-Vino a vernos la semana pasada, dijo que nos ayudaría a encontrarte. Ella viene cada dos días a la semana. ¿La conoces?

Sentí la descarga que Lady Beneviento me dijo. Lo que me preocupó fue que luego de esa descarga vinieron más sin parar.

Tenía que irme... Esto era grave...muy grave.

¿Suerte o Coincidencia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora