El día pareció haber transcurrido tan rápido como un parpadeo, pero desde el desafortunado encuentro con Lord Berbroke en el parque, Levana sentía transcurrir el tiempo demasiado lento.
Aunque apenas podía recordar por instantes el momento en que James Potter llegó al parque encontrandola aun con la varita en mano, y el cómo, aún con la sensación de tener el alma en los pies, habían ido a dejar a Regulus a la casa de Sirius.
¿Cómo se sentía ahora? Terriblemente nerviosa. Tanto Levana como James llevaban sentados en la estancia, uno frente al otro en una postura tan tensa como el momento lo ameritaba, desde su arribo a la mansión. Había sido tanto tiempo transcurrido que Levana dudaba que pudiese levantarse.
—¿Vas a decir algo? —pregunto un poco harta.
James se tomó su tiempo en cambiar de postura, las piernas abiertas al igual que los brazos que descansaban en el reposabrazos y la espalda recargada en respaldo, algo más casual pero tan intimidante como un Rey sentado en su trono.
—Estoy esperando que aceptes tu poco criterio. —dijo tranquilamente.
—¿Mi poco criterio? —cuestiono, sintiéndose un poco malhumorada. —Actúe debidamente, defendí el honor de una amiga y el tuyo.
—Poco criterio. —asintió en respuesta— Estoy enterado de la situación de la señorita Bridgerton, en respecto a "mi honor", no se mide en el valor que un hombre tan deplorable como Berbroke decida. Enfrentaste la situación de una manera terrible, Levana.
—¿Qué esperabas que hiciera? —habló Levana alzando la voz. —¿Quedarme de brazos cruzados viendo cómo obligaba a Daphne a casarse con él? ¿O escuchar pacientemente como te insultaba?
—Esperaba más inteligencia de tu parte. —Levana se desesperaba cada vez más del tomo calmado de James. —Esperaba que acudieras a mi, y encontrar una solución que no te pusiera en peligro.
La pelirroja se levantó de su asiento.
—¿Peligro? ¿Cual peligro, James? —pasó una mano desenguantada por su frente —Estás exagerando todo.
—Te parece poco haber hechizado a un Baron en plena luz del sol a mitad de un lugar donde se encontraba toda la nobleza británica ¿no es así? —Listo. James había perdido toda pizca de paciencia. —¡Pudiste ir a Azkaban!
James pudo ver claramente como el miedo entraba en el cuerpo de Levana.
—No pensaste en eso ¿verdad? —atino el mayor. —No pensaste en las consecuencias que este noble acto en favor de los Bridgerton podría causarte. Dime esto Levana, ¿hubiera valido la pena?
El silencio se extendió por la estancia como una maldición asesina.
—Completamente. —exclamó Levana después de unos instantes.
James se apoyó ligeramente en un mueble cercano, como si el seguir en pie costará más fuerzas de las que tenía.
—Apenas tenía 16 años cuando legalmente me hice cargo de ti y de esta familia, jamás me quejé, asumí el rol que el apellido me exigía asumir. —comenzó a relatar. —Aun estando en Hogwarts: con las clases, el equipo de Quidditch. Me desvelaba en la noche firmando facturas, redactando y enviando cartas, llevando la maldita contabilidad. Todo para que en vacaciones o al graduarnos, tuviéramos un hogar al que regresar, que jamás te faltará comida o ropa. ¿Te das cuenta?
Levana permaneció en silencio.
—Me desvivo trabajando para darte todo lo que necesitas y más. —continuó con el mismo tono de voz que hacía apachurrarse el corazón de Levana. —Pero no me importa ¿sabes por qué?. Porque te amo. Te amo demasiado. Pero para ti es tan fácil aventar todo eso, tu propia libertad, ¿y por qué? por una familia que apenas conoces. —Respiro lenta y pausadamente antes de continuar. —Escúchame bien, ellos nos van a estar ahí cuando las cosas se compliquen.
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THE MAGIC DIAMOND - HarryPotter/Bridgerton
FanfictionLevana Potter por fin había concluido sus estudios en el colegio Hogwarts de Magia y Hechizeria. Aunque la tristeza por la muerte de sus padres aún se albergaba en el corazón de la joven Potter, ella haría todo por que su hermano mayor, el nuevo Lor...