Capítulo 13

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—Vamos tarde a la modista —le reprocho Lily.

—No iremos al callejón Diagon, quiero ir con la modista muggle. —respondió Levana, como si eso resolviera su problema de impuntualidad.

—Sea la modista que sea vamos tarde. —regaño a los presentes. —¿Dónde está James? —preguntó mirando alrededor.

—Tal parece que llegó una visita inesperada. —comentó Regulus, rascándose tras las orejas a Canuto.

No hizo falta que ninguno de ellos entrará a la estancia para avisar de la demora, pues James salió de ella casi al instante de que Regulus terminó de hablar. La sorpresa fue para todos, al ver quien era la misteriosa visita, Levana no podría asegurar que conocía a la mujer frente a ellos aunque estaba segura de que su rostro le resultaba familiar.

Ambos Black miraron a las pelirrojas esperando algún tipo de respuesta, una respuesta que ellas esperaban de James Potter, cuyo rostro estaba contraído en una gran expresión de molestia.

—Levana, tal vez quieras hablar a solas con ella. —aseguró James, pidiéndole con el brazo que los acompañara a la estancia.

Lily agarró la muñeca de la menor, impidiéndole avanzar.

—James, ¿qué sucede? —preguntó con cierto grado de desconfianza.

Lord Potter suspiró y se talló el rostro por debajo de las gafas.

—Familia, ella es Siena Rosso.

—Familia, ella es Siena Rosso

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—Señorita Potter. —saludo Anthony Bridgerton, frente a la entrada del baile.

Levana sintió sus pies anclarse al piso y la incomodidad en su estómago regresó más intensa que antes.

—Lord Bridgerton. —saludo, rompiendo el silencio que se había formado entre los presentes, pues a este exclusivo baile también asistían los Black y los longbottom, aparte de la usual e inseparable compañía de James Potter, quienes se habían quedado en un incómodo silencio ante la presencia de Anthony. —Pueden darnos unos minutos. —pidió amablemente.

Lily tuvo que tirar de James para que los dejase solos, pero no sin antes delegar a Sirius la tarea de chaperón, pues todos tenían claro que el mayor de los Black no vendría con miramientos en lo que suponía proteger o defender a Levana.

—Luces realmente hermosa. —halagó Anthony, mirando con cierto recelo al pelinegro.

Sirius se había alejado varios pasos para darles "privacidad", pero Levana lo conocía lo suficiente para saber que, gracias a su agudo sentido auditivo, estaba al pendiente de cada palabra.

—Lo sé. —contestó, dejando de lado las cortesías. —¿Sabes que me encanta?

Anthony frunció ligeramente el ceño.

—No lo sé... ¿la música? —contestó con poca seguridad e interés.

—La ópera me resulta estimulante.. —concedió con una sonrisa. —Aunque no es un arte en el que esté muy versada, siendo sincera.

THE MAGIC DIAMOND - HarryPotter/BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora