- "Don't play with fire or you will get burned."
Los personajes serán todos mayores de edad. Sean precavidos al leer, contenido +18 pero no explícito.
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Meses después, era otro día en la academia de héroes. Las habilidades de tu Quirk habían mejorado y te habías hecho más fuerte. Pero no eras la única. Para concentrarte en ti, decidiste evitar a cierto rubio que no tolerabas ni un poco.
En este momento, estabas en el campo de entrenamiento cerca de la piscina. Preparándote para tu próxima prueba práctica, ya casi se acercaban los exámenes y querías asegurarte de estar preparada para vencer a tus oponentes en 2+2.
Una molesta voz amistosa interrumpió tu concentración para saludarte mientras entrenabas. Frunciste el ceño con molestia y miraste en dirección hacia a quien menos querías ver ahora mismo.
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"¡Oye! ¡No te había visto! ¿Cómo vas con tu entrenamiento?" Preguntó Yagi, dándote una sonrisa con dientes.
Le dedicaste una mirada de disgusto a ese rubio.
Toshinori entrenaba desde el otro extremo del campo, tus ojos marrones escanearon atentamente cada movimiento de él. Luchaste por mantener tu fachada estoica, pero no pudiste evitar notar que ahora controlaba mejor su peculiaridad. Se podía ver cuánto había mejorado desde su primer año en la UA.
Lo miraste por el rabillo del ojo, la tensión era palpable entre ustedes dos. Frunciste el entrecejo y simplemente lo ignoraste como sí no existiera.
Toshinori fue tomado por sorpresa, ya que sólo había tratado de ser amigable contigo. Él le hizo caso omiso y decidió no obligarte a entablar una conversación. Toshinori volvió a su entrenamiento, sin embargo, todavía tenía curiosidad por saber por qué le habías dado la espalda.
Durante el resto de tu tiempo en el gimnasio, Toshinori pudo sentir tus ojos penetrantes mirando en su dirección. Podía ver que lo estabas viendo entrenar, pero ¿por qué? Después de un minuto, levantó la vista y te miró fijamente. "¿Qué sucede? ¿Mi técnica es perfecta o algo así? Preguntó, su tono sonaba más burlón que curioso. Incluso se atrevió a sonreírte, retándote a decir lo que tenías en mente.
