- "Don't play with fire or you will get burned."
Los personajes serán todos mayores de edad. Sean precavidos al leer, contenido +18 pero no explícito.
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Ya era hora de regresar a casa, todos los estudiantes salían de la UA.
Afuera llovía a cántaros y todos corrían y se apresuraban para llegar a casa protegidos por paraguas e impermeables. No tenías esos lujos y sabías que la lluvia sólo te causaría más problemas. Gruñiste en voz baja mientras cruzabas el campus, la lluvia golpeaba tu piel ardiente y enviaba zarcillos de vapor hacia arriba mientras chisporroteaba de tu cuerpo.
Tu pie se enganchó en un adoquín suelto, lo que te hizo tropezar y aterrizar de bruces en el suelo fangoso. La lluvia inmediatamente empapó tu ropa, el agua fría hizo que tu cuerpo expulsara más vapor mientras yacías allí, maldiciendo tu desgracia y tu peculiaridad.
Inesperadamente un paraguas te cubrió, tus ojos marrones se encontraron con unos ojos azules. Era ese maldito rubio.
Estaba parado encima de ti, sosteniendo su paraguas sobre tu cabeza. Su expresión era de preocupación, aunque había un atisbo de molestia en su tono. "¿Estas bien ahí?" Preguntó, sonando divertido por la situación en la que te habías metido.
"¿Tú? No te cansas de correr atrás de mi."
Élsonrió y se arrodilló a tu lado, moviendo suavemente el paraguas para protegerte de la lluvia mientras hablaba. "Soy implacable, cariño. Ya deberías saber esto". Bromeó, aunque su voz era suave y afectuosa mientras te hablaba.
En ese momento, la pelirroja le arrebató el paraguas de forma grosera y aceleré el paso alejándose de él.
Yagi puso los ojos en blanco y rápidamente recuperó el equilibrio, siguiéndote sin decir una palabra más. A estas alturas ya sabía que estabas siendo innecesariamente fría con él, pero no entendía por qué estabas tan decidido a mantenerlo a distancia.
Sabía de primera mano que eras cualquier cosa menos fría. Tu cuerpo y tu alma ardían ferozmente con una pasión que igualaba el calor de tu peculiaridad. Eras una agitadora, de temperamento fogoso y orgulloso de ello. Para él, había algo atractivo en tu ardiente personalidad, incluso si a veces lo quemaba cuando se acercaba demasiado.
"Eres tan irritante."
Él sonrió ante eso, una risa se le escapó mientras continuaba siguiéndote. "Del mismo modo, pero tú me amas de todos modos". Dijo con voz cantarina, claramente burlándose de ti.
La pelirroja al oír sus palabras se detuvo en seco por un momento dándole la espalda al rubio, ella permaneció firmemente callada.
Te observó pacientemente mientras estaba detrás de ti, su sonrisa se desvaneció en una expresión más neutral. Esperó a que dijeras algo, y cuanto más permanecías en silencio, más crecía la tensión entre ustedes dos.
