Capítulo 1: Solo una noche.

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¡Bienvenidos a mi nuevo fanfic!

Como esta no es la única historia que tengo en desarrollo, la próxima dinámica que aplicaré será la siguiente:
Una semana actualizo esta historia, y la otra semana actualizo el fanfic de The Walking Dead (Clementine). Y así sucesivamente.
Esta semana le tocó a Star Wars.

Espero disfruten del capítulo 💖

🌌🌌🌌

Era la cuarta vez en esa semana que Sabine volvía a entrar a la misma taberna, se sentaba en la misma butaca frente a la barra y ordenaba la misma cerveza pirata. Sabía que lo que hacía era una pérdida de tiempo y solo desperdiciaba su potencial yendo a esconderse en un bar de mala muerte, en vez de volver a ser un soldado activo para la rebelión, pero necesitaba despejarse antes de tener que regresar al Fantasma y enfrentar a Kenan diciéndole, con su característico tono demandante, un «te lo advertí».

—Una cerveza pirata.

La mandaloriana observó de reojo como a su lado derecho, a un asiento de distancia, se sentaba una chica no muy alejada de su edad. Le generó intriga, dado que era la primera vez que veía un rostro nuevo desde que se mudó a aquel pueblo. Su piel era tan pálida como su cabello rubio –prácticamente blanco– y corto; su rostro inexpresivo estaba adornado por cinco lunares que viajaban desde su pómulo hasta su quijada, y la sombra negra de sus parpados le daban un aire intimidante. Vestía con un poncho gris oscuro que la protegía del frío que cubría a todo el planeta Mørk, algo normal considerando que ahí no existía la luz solar y lo único que los iluminaba, a parte de los faroles, eran las cinco lunas que nunca abandonaban el cielo estrellado.

Shin giró el vaso de madera sobre la mesa con sus dedos, sintiendo una aguda y molesta mirada sobre ella. Sabine tragó seco cuando la rubia se giró abruptamente para devolverle la mirada, unos gélidos ojos azules grisáceos se clavaron sobre ella. Su forma de mirarla, hostigada y malhumorada, hizo sonrojar a Sabine con vergüenza al darse cuenta de que se había mantenido absorta viéndola, por lo que, desvió su mirada mientras bebía un sorbo de su cerveza para disimular el bochorno.

La música que retumbaba dentro del local y el bullicio de los clientes, rodeaban la incómoda aura que se había formado alrededor de las dos chicas. Por mucho que Sabine tratara de ignorarla, era difícil para ella no sentirse intrigada por la presencia de la chica que no había efectuado ni un movimiento después de que se giró para enfrentarla con la mirada, y eso había sido hace tres cervezas atrás.

—¿Existe algún truco que sirva para tomar cerveza por telepatía? —preguntó Sabine, con un aire bromista— Porque si es así, me encantaría que me enseñaras.

Shin volteó su cabeza hacia atrás, convencida de que esa pregunta no había sido dirigida a ella.

—¿Es conmigo? —inquirió, extrañada.

—¿Con quién más si no? —la forastera miró a las personas a su alrededor, más allá del barman, no había nadie más cerca de ellas. Sabine apuntó con su dedo el vaso de la chica— No has tomado ni un sorbo desde que te sentaste. Sé que el color hace que no luzca tan apetitoso a primera vista pero, créeme, no sabe nada mal.

—Y tú... has estado observándome toda la noche —acusó, con una mirada sagaz. 

—No te sientas tan especial, yo observo a todo el mundo —Sabine jugueteó con su vaso medio vacío.

—¿Ah, sí?

—Se podría decir que soy... detallista —agregó con una sonrisa traviesa, que Shin solo pudo interpretar como la primera señal de peligro.

Star Wars: Darth Vader's ApprendiceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora