-Elizabeth-
Tras muchas horas de viaje desde Seattle hasta mi nuevo hogar en Los Ángeles, y una parada en un hotel, pude ver a lo lejos la nueva casa en la que viviría. Era una casa bastante grande, con varios pisos y un jardín enorme. Tenía una piscina y un pequeño parque con un par de columpios, que supongo que sería para mi sobrino Zack.—Hemos llegado— dice Jack tras aparcar el coche en el garaje, al lado del jardín.
Al subir a la entrada, mi sobrino Zack y su madre —Gabriella, la mujer de mi hermano— me reciben con abrazos y sonrisas.
—¡Tita Liz!— Zack viene corriendo hacia mí y me envuelve con sus pequeños brazos.
—¡Cuánto tiempo sin verte renacuajo!— Le devuelvo el abrazo sonriendo todo lo que mi situación me permite, porque a pesar de todo, este chico siempre me saca una sonrisa.
Me levanto y me dirijo a Gabriella. La conocí hace unos años, cuando se casó con Jack, y siempre ha sido muy amable conmigo. Además, debe tener unos cinco años más que yo, por lo que la diferencia no es tanta.
—Hola, Liz. ¿Cómo lo llevas? —pregunta preocupada.
—Bueno, intento no pensar mucho en ello— respondo mirando a otro lado—, no quiero que me vengan las lágrimas ahora, y hablar de mis padres no es la mejor manera de conseguirlo—.
No quiero seguir hablando de ese tema, así que decido fingir que miro las fotos que hay colgadas en la pared.
—¿Queréis cenar? Zack y yo preparamos algo antes, por si teníais hambre —pregunta Gabriella —.
—No gracias, yo ya me voy a la cama.
Estoy tan cansada física y mentalmente, que solo necesito dormir.
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Un corazón que aletea
Romance"Una novela que te hará sentir que en tu peor momento, puedes volver a brillar" Después del accidente, Elizabeth se ve obligada a dejar su hogar en Seattle y mudarse a la casa de su hermano Jack. Allí conoce a Ethan, que, por otro lado, no le queda...