La muchacha bajo la cabeza con desánimo al escuchar eso de parte de Sasori, su propio hermano menor. Ese a quien vio crecer desde que era una pequeña panza hasta los diecinueve años, al contrario de ella Sasori Haruno es alto de cabellos rojos y sedosos, con preciosos ojos ceniza tal como los solía tener su madre Mebuki, labios finos, barbilla marcada y un cuerpo bien tonificado por el gimnasio que ella debe pagar desde que el chico tiene diesciseis años. Karin también es una belleza de mujer con sus rasgos similares a los de su gemelo, un rojo largo como la sangre con ojos felinos de color rojizo y un cuerpo de infarto con piernas firmes y entrenadas junto con unos senos bastante generosos.Todo en ellos grita sensualidad y sexualidad. Ambos son muy atrayentes para las demás personas, claro que sus aspectos algo góticos los hacen ver oscuros y lúgubres eso solo sirve para crear un aura de misterio que los vuelve aún más interesantes. Al contrario de ellos Sakura solo tiene su cabellera toda enmarañada y descuidada producto de las largas jornadas laborales y el estrés, unas ojeras pronunciadas le dan el aspecto de un panda cansado al igual que sus pechos algo caídos por la falta de entrenamiento, su trasero y sus piernas aún se mantienen firmes por las caminatas que suele dar durante su descanso del mediodía. Nada en ella grita sexi, todo lo opuesto… Joselín es fea y poco agraciada al lado de sus hermanos.
—¿Crees que la belleza solo es física?— pregunto el fantasma con frialdad, los menores asintieron con la cabeza. —¿Tan superficiales pueden llegar a ser?— ambos temblaron un poco al escuchar el tono amenazante que usó el ente para hablarles.
—Pues, es obvio que si eres feo y poco agraciado nunca tendrás pareja para satisfacerte como se debe— Karin sonrió con sorna al recordar la gran cantidad de amantes que a tendió a lo largo de su vida, su corta vida.
Eso fue un nuevo golpe para la ya inexistente autoestima de Sakura quien miró el suelo con interés, tratando de ocultar las ganas de soltar un sollozo por lo bajo. Un gruñido por parte de la gárgola la hizo exaltar un poco, el ser de piel grisácea apretó el agarre que tiene sobre la ropa de los más jóvenes.—¡No les hagas nada!— chillo desesperada, los presentes sonrieron de manera extraña al escucharla aun estando atada, inmovilizada y expuesta ante ellos Joselín quiere cuidar de esos dos mocosos malagradecidos.
Esos que matarían sin dudar.
—¿Tienen una idea de la cantidad de gente “apuesta” y “hermosa” que tengo para mí?— pregunto el demonio con desprecio, él como un ente poderoso y oscuro tiene bajo su mando a miles de seres de menor rango son tantos que ni siquiera sabe el número exacto de lacayos que posee. A esos esclavos sobrenaturales les encantan los humanos “guapos” así que suele compensarlos con algunos. De vez en cuando les entrega las almas y cuerpos de esas personas que tiene en su poder para que les hagan lo que quieran, desde tortura física y psicólogica hasta abuso sexual. —Tengo varias ideas e interesados en ustedes dos, mocosos hediondos. Serán unas buenas putas para mis lacayos, ya llevan tiempo sin juguetes nuevos— Karin y Sasori abrieron grande los ojos del miedo.
—La belleza no lo es todo en la vida e incluso en el otro mundo. Las personas superficiales como ustedes no sirven para nada más que para ser las perras personales de los seres inferiores— les dijo Tsunade despectivamente sus ojos color miel los miraron de arriba abajo. —No valen mucho para nosotros, la verdad hubiera enviado a uno de mis esclavos por ustedes— los adolescentes fruncieron sus cejas con molestia al escuchar cómo les hablan y los tratan como si fueran mierda. En su interior tienen una mezcla de emociones muy complejas, por un lado el miedo y el terror los dejan paralizados pero a su vez la irá y la indignación les dan ganas de soltarse a golpes con esos monstruos que los tratan tan mal y los rebajan constantemente.
—Entonces, si no valemos nada. ¿Por qué vinieron por nosotros?, ¿Por qué llevarnos a sus mundos?— pregunto el Haruno analítico, la mujer rubia se miro las uñas con desinterés.
—Eso es porque no podemos dejar a unos mocosos idiotas como ustedes seguir jugando con la magia negra. Solo han pasado dos años desde que nos invocaron a nosotras y ya trajeron a más de ocho espectros más— la de ojos miel le sonrió coqueta a la pobre muchacha encadenada. —¿Saben lo tentador que es para cualquiera una virgen?, No, claro que no lo saben por qué son unos tontos—. Los adolescentes miraron con cierta pena a su hermana mayor.
—¡Tuvimos que usar nuestro poder y jerarquía para eliminar a varios competidores!— chillo la pelirroja con frialdad, ella se despeinó un par de veces y se rompió dos uñas después de enfrentarse a unos entrometidos que querían robarle a su presa.
—Tengo cientos, no miles de humanos como ustedes. Seres que se creían superiores y decidieron ofrecerse a los seres de la oscuridad para obtener alguna clase de beneficio. Solo por el simple echo de ser “atractivos” pensaban que merecían ser tratados como vip o como algo único e invaluable, cuando solo eran estiércol— el demonio sonrió despectivo colocándose a la espalda de la pelirrosa para correrle un poco de cabello dejando ver su fino cuello en donde deslizó su lengua con cuidado, saboreando su suave piel—No sirven para nada, son solo desechos. En mí mundo no valen ni para follarlos, por lo menos yo no lo haría— los presentes soltaron unas risitas por lo bajo al ver cómo los jóvenes fruncieron sus ceños una vez más por los constantes insultos que reciben.
—En el nuestro no serían más que prostitutas para usar y reutilizar una y otra vez para los trabajadores de las minas que no pueden tener sus propios esclavos sexuales para satisfacerse— Tsunade y Mei sonrieron con malicia al imaginar todo lo que podrían hacer con esos mocosos.
—Conmigo su destino no será muy diferente, aunque sea los usaré para limpiar pisos o chupar pollas eternamente. Seguro les gustará su trabajo en mí mundo— ese comentario por parte del fantasma seguido de una risa ácida los hizo estremecer a los tres en especial a Sakura. ¡Ella no sabe hacer felaciones!.
De hecho nunca ha visto un pene en su vida, solo en algunos libros de biología cuando era adolescente. Ni siquiera a mirado películas o videos pornográficos por el temor a dejar de ser virgen de ¿Manera mental? y que los entes malignos no la quisieran. ¡Nunca podría perdonarse perder a sus hermanos!.
—No te preocupes cariño, que pronto vas a aprender a mamar vergas— el demonio se acerco a ella desde atrás haciéndola sentir un bulto rozandole la espalda, eso la puso nerviosa. —Unas vergas bastante grandes y jugosas— Murmuro en su oído antes de pasar su lengua sobre el lóbulo de la oreja exaltandola.
—¡Dejenla!, ¡Ella es inocente en este asunto!, ¡No tiene nada que ver!— los gemelos están que hechan humo por las orejas al ver cómo ese sucio demonio está apoyando y manoseando a su hermana mayor, todo por su maldita culpa.
—Ahora se preocupan por ella, ¿Por qué no lo pensaron antes de ponerse a jugar con magia negra?— el fantasma se acerco a la Haruno mayor por primera vez desde que llegó para poder olerle el cabello con morbo. Su aroma es muy dulce y suave, es como vainilla y menta.
—Ademas no solo nos han invocado a nosotros, literalmente la entregaron a más de quince entes oscuros— el tono de voz de Tsunade se volvió algo lúgubre y sus ojos color miel lucen más opacos.—Si en verdad les importará no habrían hecho eso, ni una sola vez— Sasori y Karin se mordieron el labio inferior con nervios.
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El precio de tu virginidad
Fiksi PenggemarLa vida de Sakura es normal y rutinaria, casi aburrida para ella. Lo único bueno que tiene son sus dos hermanos menores, esos gemelos que han logrado meterla en un gran y complicado lío. -¿Y bien?- Un enorme demonio de casi dos metros miro intensam...