'•°♤─☬🇲🇽𝐔𝐍𝐀 𝐃𝐔𝐋𝐂𝐄 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈Ó𝐍🇺🇸☬─♤°•'

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Ya han pasado solo un par de días desde que México se desquito golpeando el cuerpo de China, ya se sentía más natural y menos sospechoso como para mandarle un mensaje al estadounidense pidiéndole verse ambos en una plaza cercana.

La siguiente junta se iba a ejecutar pronto y sería justamente en la Ciudad de México. Ya habían algunos países rondando por ahí, algunos emocionados de ser turistas antes de irse y otros muy poco contentos con la visita, los humanos de ahí llegaban a ser desagradables para algunos de ellos que no estaban acostumbrados a ambientes así de sonoros y "engañosos".

Estados Unidos, no tuvo que esperar ni un día para ir a la capital cuando se enteró que ahí sería la junta, y dado que hasta ahora, por extraño que pareciera, se sentía tranquilo y bien, no le dió un no por respuesta a la invitación de México. Ya estaba recuperado, no había ocurrido nada, ni con su hermano ni sus parejas(?), no estaba seguro de lo que eran esos tres, pero el tiempo que estuvó con ellos nada malo sucedió y pudo relajarse un poco de todo el problema que los rodeaba a todos.

Evitando a los vendedores ambulantes, a aquellos que le ofrecían a la fuerza y limosneros de los cuales algunos le parecían desagradables y otros le daban pena, logró llegar a una fuente, no había demasiado contraste, había mucha gente cerca y eso le ponía nervioso ya que no iba con quienes solían cuidarlo, porque, si, normalmente cuando va a la capital o a Monterrey se ve en la necesidad de llevar gente que pueda cuidarlo cuando habrá gente que sabrá de su llegada, era consciente de demasiadas cosas como para ir sin protección todas esas veces, y en esa ocasión se sentía tan tranquilo que simplemente olvidó a donde estaba yendo, por lo que esperaba que el norteño no tardara demasiado en llegar a su punto de encuentro.

Por su parte, México Norte, bien vestido, no era algo formal, pero si algo que se podía ver en él muy bien.

Paró su caminar al notar al rubio sentado algo incómodo en el borde de la fuente en medio de la plaza. Podía imaginar su incomodidad en parte, después de todo no le gustaba tener que estar tan cerca de gente extraña que no te querían en su país, y Usa estaba rodeado de ellos, en la fuente había gente sentada, ignorandolo pese el seguro disgusto de haberlo visto llegar.
Nego con si cabeza suspirando, ¿qué puede hacer al respecto? Nada. Por lo que terminó por acercarse al "distraído" americano hasta estar frente de el.

Estados Unidos al detectar a alguien frente suyo levantó la mirada de su teléfono haciendo un gesto de disgusto por verlo. México sabía que eso no era un disgusto real, por lo que hizo una imitación rodando los ojos antes de solamente ofrecerle la mano para ayudarlo a levantarlo e irse de ahí a cualquier otra parte.

—¿Y? ¿A dónde vamos a ir?

—Hay un parque cerca, podemos ir ahí y hablar mientras caminamos, ¿qué te parece?

—Está bien.

No hay más intercambio de palabra, lo que a México le parece extraño en parte. Usa parecía incómodo, como si algo no le permitiera divertirse o pasar un buen rato, como si no pudiera ignorar algo.

Oh, por supuesto, ese algo del que Perú le habló. Supuso que tendría que intentar sacarle las palabras y sutilmente quitarle esas ideas de la cabeza, no quería recurrir a la violencia nuevamente y menos con Usa.

Ambos detuvieron su andar cuando llegaron al borde de la calle en pasl peatonal, el problema era que aún no podían pasar hasta el semáforo rojo, o por lo menos tendría que ser así ya que América no pensaba ser incumplido.

—¿Cómo estás?-México empezó.

El de ojos azul le dedicó una breve mirada al escucharlo.