Dash miró a Hoppy con ojos vidriosos, luchando por encontrar la manera de comunicar lo que sabía sin mostrar sus emociones. Lamentablemente no podía derramar lágrimas ni cambiar su expresión facial, pero su voz temblorosa revelaba la tormenta interna que estaba viviendo.
—Hoppy, yo... —empezó, su voz apenas un susurro que apenas se sostenía.
Hoppy, apoyado contra la pared con gesto serio, lo observaba con una mezcla de curiosidad y frustración.
—¿Qué? ¿Que tú sabías sobre esto... sobre CatNap y no me lo dijiste? —preguntó Hoppy, sus palabras cargadas de una urgencia que Dash sentía como un peso sobre sus hombros.
Dash negó con la cabeza, sintiendo cómo el nudo en su garganta se apretaba aún más.
—No es tan simple, Hoppy. CatNap... es complicado. Hay cosas que... que no te he dicho, pero... —sus palabras se entrecortaron, tratando desesperadamente de mantener la compostura—. Después te explicaré todo lo que se.
—Dash, pero... —continuó Hoppy, pero en ese momento DogDay llegó justo a tiempo, acompañado por el Jugador con Poppy en su hombro.
Dash suspiró de alivio. Habían llegado justo a tiempo.
DogDay los miró a ambas y soltó un suspiro. Minutos después, el Jugador estaba curando la pata de Hoppy. Mientras observaba el proceso, Dash le dio una mirada a DogDay.
—Tenemos que hablar —dijo Dash.
DogDay iba a preguntar, pero Dash lo jaló rápidamente, llevándolo a un rincón apartado.
—Esto es malo! Perdí a Kissy, o bueno... la déjé en un cuarto y luego no sé quién se la llevó —dijo entre el pánico y la preocupación.
DogDay la miró con entendimiento, comprendiendo la gravedad de la situación.
—¿Sabes quién podría haberla tomado? —preguntó DogDay, manteniendo la calma. El zorro sacudió la cabeza en señal de desconocimiento.
—No estoy segura de nada en este momento —rió nerviosamente Dash, soltando un suspiro tenso—. Para salir de esto, Hoppy se quedará con el Jugador y Poppy, y tú vendrás conmigo.
DogDay se acercó con seriedad, captando la urgencia en las palabras de Dash.
—Entendido.
Regresaron al centro de la habitación, donde el Jugador estaba terminando de curar la pata de Hoppy. Dash se acercó con determinación.
—Hoppy, necesito que te quedes aquí con el Jugador y Poppy. DogDay y yo vamos a buscar a Kissy, volveremos lo más pronto posible.—
....
—Para encontrar a Kissy debemos de buscar un atajo para facilitar la busquedad—
Dash reconocio en el lugar en el que estaban—Aquí es donde a Crafty Corn le gustaba pasar tiempo con los niños de la guardería —dijo, su voz teñida de nostalgia y preocupación.
Cada vez el pasillo se hacía más oscuro, la atmósfera se volvía más opresiva. De repente, se escuchó un golpeteo en la pared, un sonido inquietante que rompió el silencio.
—DogDay, deja de hacer ruido —regañó Dash con cansancio.
—¿Qué? Pero si yo estoy al lado tuyo —respondió DogDay con total honestidad, su voz cargada de incredulidad.
Dash se detuvo, sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda. Miró a su alrededor, tratando de identificar el origen del sonido.
—¿Tienes linterna o algo así? —preguntó Dash, tratando de mantener la calma.