🌷| #26

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🌷| Nos paramos de manos (narración).

Ino se había alejado de sus amigas para divertirse un rato más antes de irse, talvez y tenía la oportunidad de encontrar algún chico lindo o de conseguir un trago gratis.

Mientras caminaba y bailaba alrededor de la pista, iba mirando a los chicos del lugar. Ninguno le llamaba la atención, así que fue a sentarse un rato. Ya le dolían los pies por los tacones.

A lo lejos vio que se acercaba un muchacho, era bastante alto y estaba vestido con ropa deportiva y una gorra. Sus dedos y cuello eran adornados por anillos y cadenas, Ino suspiró dándose la vuelta para otro lado. «Un turro no, por favor» pensó para sí.

El chico en cuestión se acercó a donde estaba ella y se sentó a su lado, Ino sentía la incomodidad en el aire.

—¿Qué onda, mami? ¿To' bien? —dijo el chico, en su voz se notaba que no se encontraba en sus cinco sentidos y su aliento olía a vino barato—. Vamo' a bailar.

—No, gracias. No estoy interesada —contestó Ino en un intento por ignorar el contacto visual con él.

—Dale, gata, vamo' —insistió él, Ino volvió a negarse amablemente.

A la distancia le pareció ver a una figura conocida, no recordaba de dónde había visto a esa persona, pero esa piel pálida le sonaba de algún lado.

Sonrió como tonta ignorando todo lo que pasaba a su alrededor, los efectos del alcohol la hacían disociar. Esa figura misteriosa se acercaba a ella y le sonreía de regreso, aunque ella ni lo registrara.

—Eh, rubia, dale, vení para acá —insistió él y la agarró de la muñeca.

—¿Qué hacés, tarado? Soltame —exclamó Ino y se lo sacó de encima.

—Ah, te hacé' la difícil, mira vo' —dijo el chico en un tono burlón mientras se acercaba a ella devuelta.

—Ya te dije que no estoy interesada, andate, pelotudo —Ino comenzó a caminar lejos de él, pero la siguió y la agarró de la muñeca.

—Te voy a enseñar cómo hacemo' en el barrio —advirtió el chico.

—¡Salí! ¡Dejame! —gritó Ino en un intento por zafarse del agarre del turro.

—A ver si la dejas, pedazo de gil —intervino una voz.

Ino volteó a ver de dónde provenía y no pudo evitar sentirse aliviada. Era esa figura, ese muchacho. No se tardó ni un segundo en reconocerlo: era el «paliducho», el amigo del «surfer».

—¿Qué te pasa, gato? ¿Queré' que nos paremo' de mano'? —preguntó el chico notablemente molesto.

—No, quiero que dejes a mi novia en paz —dijo Sai de manera tan seria que parecía que hablaba en serio—. Ella te dijo mil veces que la dejaras tranquila.

—No hace falta que hagas esto, amor… —insistió Ino con suavidad, fue un poco incómodo decirlo en voz alta, pero se sentía genuino… o talvez sólo estaba muy borracha.

—No te preocupes, belleza, que con una piña hago que se mee encima —aseguró Sai.

—¿Ah, sí? Parate de manos, dale —dijo el turro y luego empujó a Sai.

—Si no la cortás nos van a sacar del boliche, pa —advirtió Sai.

—Mejor, así te rompo la cara sin que nos interrumpan, ¿qué decí'?

—¡Ino! ¿Qué pasó? —Se escuchó gritar a un grupo de chicas.

Sakura, Hinata y Karin llegaron al lugar. De repente, todos voltearon a ver qué estaba pasando, algunos consideraban en llamar a seguridad, por lo que al chico no le quedó de otra que darse por vencido.

AU: Las chicas del departamento 130, Malibú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora