Cenizas Celestiales

Sistema Primitivo

Había una joven estrella recien abriendo sus ojos, algo confundido, ya que solo veía su luz y a nadie más, solo escombros y polvo flotando por ahí. Al pasar unos tres años, esos escombros formaron a dos planetas casi a la vez, los cuales era Jupiter, el primero de todos; luego Saturno, el segundo. Al ser lo únicos dos planetas del momento, el Sol (así se nombró a si mismo), empezo a convivir con esos gigantes gaseosos, de hecho él los nombro Zeus y Cronos.

Pasaron casi dos siglos donde Zeus, Cronos y Sol socializaban entre sí, ya que no había nadie más, hasta que un día apareció dos planetas más, solo que más pequeños y de diferente composición a los antes mencionados. Su superficie no era de nubes o gases, no, era de roca; aunque la misma era algo liquida por su reciente formación. Por alguna razón, estos dos planetas se formaron más cercanos al Sol, y a pesar de ser pequeños a la par de los gigantes gaseosos, su gravedad empujo a Zeus y a Cronos algo lejos de su viejo amigo. Claro que esto les molesto bastante, pero seguían en contacto con el Sol.

Al tiempo, eso dos nuevos planetas fueron nombrados Heracles y Perséfone, ambos también se volvieron cercanos también a su estrella. Esto hizo que Zeus tuviera muchos celos, por parte de Cronos si estaba celoso, pero en lugar de estar enojado como su amigo, él se dedicaba a llamar la atención del Sol con "accidentes" para que se preocupe por él y deje atrás a Heracles y Perséfone, principalmente a la última, que no le agradaba para nada, ya que empezó a tener una nueva característica que hizo que la estrella se fijara más en ella, en su superficie apareció como un líquido azul muy llamativo con sus colores cafes. Los accidentes que se provocaba Cronos, hacían que Zeus se enojase con Perséfone por hacer que su amigo hiciera esas tonteras, aunque también le llamaba la atención al contrario.

-Deja de hacer eso, estas lastimandote sin mucho excito en llamar la atención de Sol.

-Un día lo lograré-, le replicó.

-No, no lo haras. Él ahorita esta enfocado con Perséfone-. Suspira de forma pesada y continúa,-no sé que le ve a ella, es solo una miseria de planeta lleno de piedras, no como nosotros que tenemos una gran composición de gases.

En eso Cronos se le llenan sus ojos de lágrimas ante la horrible verdad de la situación actual, mientras Zeus lo miraba sin saber bien que hacer o decir, ya que casi nunca se mostraba muy expresivo. Al rato se le ocurre algo.

-Cronos...- Él lo miro tratando de no llorar. -A que me como tu pelo nuevamente.

Cronos lo miro algo mal al recordar como una vez él se comió su pelo largo, el cual cuidaba como su vida. Zeus, estaba tratando de no reir al ver la cara de su amigo, claro que este detalle lo notó Cronos, y con más ganas, estaba a decido a darle un golpe, sin embargo, Zeus se acerco peligrosamente hacía él, lo que causo, por miedo; que Cronos saliera huyendo. Él corrió hasta tropezar con Heracles.

Heracles era un planeta bastante desafiante y le caía mal ambos, porque él notaba las miradas y escuchaba los murmuros malos hacía Perséfone. Zeus le advirtió mil veces de que él no se metiera con ellos y, siempre lo amenzaba con destruirlo si un día colamaban su paciencia, sin embargo, él hacía caso omiso. Al sentir como Cronos chocaba con él, en lugar de retroceder, lo miro y con tono de rebeldía le dijo:

-Al Sol no le gusta que se salgan de sus orbitas-, lo que ofendió a Cronos.

-¿Así? -Respondió.

En eso empezó una discusión entre ellos, por lo que Zeus intervino a favor de su amigo, lo que, sin querer, causo una tragedia.

-¿Cuántas veces te he dicho que no te entrometas en nuestro camino? -Dijo Zeus molesto.

-¿Qué dices? Si esta es mi orbita, no la tuya-. Aclaró con osadía, lo que colmo la paciencia de Zeus.

-Mira bien Heracles, ya me tienes hasta el nucleo...-Se empieza a acercar de un manera que la gravedad atrajo a Heracles hacía él-, te he dicho que nos estorbes y nos dejes tranquilos tú y esa mimada de Perséfone... -La corteza de Heracles se empieza a romper entre más la gravedad de Zeus lo atraía, y así hasta...