Capítulo 3

79 12 0
                                    

ᯓᡣ𐭩

Desde la salida con Alhaitham me sentía bastante feliz, hace mucho que no me sentía así.

También cabe mencionar que desde esa salida, todos los días que me lo encontraba lo saludaba amablemente. Ay quien lo diría, hace tan solo unas semanas atrás cuando lo veía me daba algo de pena verlo siempre ajeno a los demás, me recordaba mucho a mi, pero al contrario de el, ¡yo si quería hacer amigos!

Suspiré antes de salir de mi oficina y ir hacia mi casa, curiosamente hoy no tuve casi nada de trabajo, eso es sospechoso.

Cuando iba saliendo decidí que hoy no iría temprano a mi casa, total, mañana sería sábado. Me senté en uno de los asientos que hay afuera de la Academia y me puse a leer mi novela favorita, hace mucho no lo hacía cuando sentí que alguien se sentó a mi lado.

Gire hacia el lado y vi a Alhaitham leyendo un libro como de costumbre, notó que lo estaba viendo, así que también me miró de nuevo – Disculpa no quería molestar - Se apresuró a decir – No no para nada, solo estaba descansando un rato, hoy no quiero volver a mi casa temprano, ¿Tú no irás a tu casa temprano hoy también? – Pregunté amablemente.

– ...No – se limitó a decir. deje de verlo para mirar hacia el frente y ver unos niños correr felizmente –
¿Quieres ir de nuevo al café Puspa? – Miré hacia su dirección con un poco de alegría – ¡Claro que si!

Se paró de su asiento – Vamos – yo lo seguí felizmente y llegamos al famoso café Puspa

...

A decir verdad aún sigo lamentando haberte mentido la otra vez, pero de no ser así no aceptabas – Dije entre risas mientras bebíamos nuestras bebidas favoritas – Simplemente no me gusta convivir demasiado con las personas – Dijo con algo de aburrimiento.

– ¿Porque?, digo, tienes muy buena reputación... cualquiera quisiera ser tu amigo – Dije restándole importancia

– ¿Tu crees?, hm... al contrario, todos parecen huir de mí, y aunque no lo creas, lo agradezco, repito, no me gusta demasiado convivir, prefiero estar solo para concentrarme.

Ay pues, ¡Deberías aprovechar!, yo hago lo posible por querer llevarme con mis compañeros pero para ellos soy invisible – Solté un suspiro – Más bien, las chicas pasan hablando mucho de ti, dicen que si tan solo no fueras tan serio y poco platicador, se animarían a hablarte y llevarte regalos todos los días.

Alhaitham me miró y creí ver en su rostro algo cercano a una pequeña sonrisa – Son chicas superficiales, la mayoría de ellas me buscarían únicamente por mi apariencia y estatus, nada más.

Lo miré con los ojos entrecerrados – La acción pareció divertirlo porque esta vez si vi claramente una sonrisa – ¿Porque haces así? – Me preguntó mientras daba otro sorbo a su bebida.

– Nada, solo que... creo que me caes bien, es como dijo una vez mi maestro, nunca hay que juzgar un libro por su portada – solté entre risas – también pensé que eras alguien muy serio y orgulloso... ya veo que no es así, me alegra

Pude ver en su rostro algo de sorpresa pero rápidamente puso su habitual cara – ¿Tú no eres de aquí, cierto?

– No, soy de Liyue, pero desde pequeña leía las historias de los Eruditos de Sumeru, los admiraba tanto que quise llegar a ser uno de ellos, me esforcé mucho y mírame – Hice una pose orgullosa – P-pero de saber que ser Erudita era algo... complicado, jamás hubiese romantizado esto.

– En fin, por cierto, ahora que lo pienso mi superior parece tenerte bastante odio – Dije con algo de risa – La otra vez dejé mi cuaderno, el que me devolviste,  pasó a mi lado, me miró mal pero en realidad te estaba viendo mal a ti

– Hm, te digo, todos parecen odiarme, pero... no me molesta en lo absoluto.

– No digas todos – Lo miré – Yo no te odio, es más, como dije, me caes bien, ¡y ahora hasta creo que eres amigable! – Dije riendo – Como una persona como tú no quiere convivir – Dije antes de voltear a ver mi reloj y ver que ya pasaban de las 8:00 pm. ¿Pero en qué momento?, si parecía que habíamos hablado como 20 min.

– Bueno alhaitham, debo de irme pero muchísimas gracias por el café – Le sonreí amablemente antes de sacar unas moras, pero el puso su mano sobre la mía. El roce me hizo sentir algo... no se que pero algo... Lo miré – No es necesario, yo ya pagué – Dijo antes de apartar su mano

– Ay pero... no era necesario – Suspiré – Pero igual gracias, ¡para la próxima pago yo eh! – Dije levantándome de mi asiento.

– Déjame acompañarte hacia tu casa, ya es tarde – Dijo tranquilo – A-Ah... ¿seguro? puedo ir s-sola, no te preocupes – Dije algo nerviosa – No es ningún problema, por favor, vamos – Se levantó de su asiento invitándome a seguir adelante para guiarnos a mi casa.

Salimos del Café Puspa

– Gracias...

Alhaitham me miró con algo de confusión

– P-Por acompañarme a mi casa, a pesar de que no queda muy lejos, me da algo de miedo que pueda pasarme algo, si bien practique lo suficiente mi mente, no lo hice con mi cuerpo, y para nada se pelear o defenderme.

Caminamos unos minutos en silencio, no era incómodo menos mal, y así llegamos a mi casa.

– Gracias en serio Alhaitham – Dije poniendo las llaves en la puerta y abriéndola. Volteé a verlo a antes de entrar a mi casa. Me miraba, como si quisiera decirme algo. Las calles de Sumeru suelen estar repletas de farolas por todos lados, pero hoy, nomás estaban unas pocas, y el reflejo de la luna... Luna llena.

La luna impactaba sobre su rostro, he de decir que quizás me quede viéndolo de más, hasta el punto en el que parecíamos que solo éramos él y yo a pesar de haber algunas personas alrededor. Nos mirábamos fijamente hasta que el grito de un niño en compañía de sus papás no sacó de nuestro trance.

Volteé a ver otro lado algo apenada

– Ten bonita noche t/n, espero nos sigamos viendo después – Y volvió por el mismo camino que habíamos pasado – ¡Si, ten linda noche tu también! ¡Y si quiero que nos sigamos viendo luego! – Grité de una forma no tan alta pero para que pudiera escucharme – Después de eso entré a mi casa

Cerré la puerta detrás de mi y me dejé caer al suelo – ¿Qué fue eso? – Tape mi cara algo roja por la vergüenza – Alhaitham...

                                𐙚💚🤍꒱

Te tengo a ti, Alhaitham Donde viven las historias. Descúbrelo ahora