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— Wonie, ¿quieres saber algo?— dijo Heeseung, abrazándolo por detrás.

Él rio y asintió, mientras revisaba si la puerta de la sala de repostería ya se había abierto o no.

— Eres hermoso— susurró en su oído, causándole pequeñas cosquillas—, tan hermoso que no me gustaría que alguien más te vea, porque eres mío— apoyó su mentón en el hombro contrario, mientras este dejaba de sonreír por lo extraño que le resultó aquello.

— No digas eso...

— Déjame hacerlo, porque es la verdad.

— No...— susurró.

— ¿Por qué?— Jungwon se quedó en silencio.

— Simplemente no.

Heeseung lo abrazó más fuerte, tratando de reconfortarlo; aunque sabía que lo que él decía era demasiado inmaduro.

— ¿Ya las vas a hornear?— preguntó para distraerlo

— Espera.. déjame terminar rápido con estos dos últimos y las dejo en el horno.— señaló los últimos dos capacillos que estaban en la mesa.

— Bien, entonces así tendrás tiempo para mi— Jungwon pudo adivinar que tenía una sonrisa. 

— Probablemente sí— respondió después de abrir el horno y colocar sus galletas.— Listo— sonrió y se volteó ante la mirada de su novio.

— ¿Ahora sí?— preguntó, y lo vio asentir mientras se dirigía a él y se quitaba el delantal, dejándolo en una silla

 Apenas llegó a él, lo alzó y lo dejó en la encimera sentado.
— No te haré nada, lindo— le aseguró cuando vio su sonrojo. 

Jungwon subió de sus ojos a su cabellera, y comenzó con sus manos a jugar con ella; mientras que HeeSeung lo observaba con total atención.

— No me mires mucho, me vas a avergonzar— susurró quejándose

Heeseung rio bajo y abrazó la delgada cintura del chico, pegando su rostro al pecho contrario. Jungwon también lo abrazó de vuelta por sobre su cuello, descansando su mentón en la cabeza de su novio.

Jungwon se permitió a si mismo cerrar los ojos, pues no había podido dormir bien estos días.

Cuando despertó y levantó su cabeza, Heeseung aún lo abrazaba y al parecer se había dormido

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Cuando despertó y levantó su cabeza, Heeseung aún lo abrazaba y al parecer se había dormido.

Aquello le generó una pequeña sonrisa, y dejó un par de caricias en su cabellera, sin la intención de despertarlo.

Después, vio que faltaban unos minutos para que el temporizador comenzara a sonar; así que, con lentitud, acomodó a su novio a su costado, y bajó a ver sus cupcakes.
Tomó un cuchillo, y abriendo el horno del salón, lo hundió para comprobar si ya estaban.

N̷o̷t̷e̷s̷ ̷F̷r̷o̷m̷ ̷T̷h̷e̷ ̷B̷r̷o̷k̷e̷n̷ ̷B̷o̷y̷   [𝙅𝘼𝙆𝙀𝙒𝙊𝙉]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora